Cardenal Cañizares afirma que la familia no puede ser suplantada por nadie

Valencia (Martes, 28-1-2020, Gaudium Press) Las polémicas afirmaciones de la ministra de Educación y Formación Profesional de España, Isabel Celaá, quien declaró que los hijos «no pertenecen, de ninguna manera, a los padres», hallaron respuesta en la Carta Semanal del Arzobispo de Valencia, Cardenal Antonio Cañizares, quien tituló su documento: «¿Los hijos no pertenecen a los padres?» y resumió en él los principales argumentos de la doctrina católica sobre la potestad de los padres sobre los hijos. El purpurado alertó, además, sobre los riesgos de tendencias totalitarias por parte de las autoridades.

Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia, España. Foto: Gaudium Press.

«Es verdad comúnmente admitida que compete a la familia, a los padres, el derecho y el deber originario de educar a la persona humana, a los hijos, en cuanto personas que son. Esta misión educadora de los padres, arraigada en la más profunda entraña de su ser padres, está basada en su participación, para los creyentes, en la obra creadora de Dios y, para todos, en la razón», expuso el Card. Cañizares. «Sólo los sistemas dictatoriales, las dictaduras, afirman que este derecho-deber le corresponde al Estado, porque los hijos no son de los padres, no pertenecen a los padres, sino al Estado».

El Cardenal explicó que la familia es una comunidad de personas al servicio de la vida, pero que su misión no acaba simplemente en la transmisión de la vida sino que se prolonga en la educación de los hijos. «La familia es la estructura del amor en donde se descubre el acontecimiento maravilloso de la vida: donde se aprende a amar, en donde toma cuerpo de verdad la libertad, y en donde se aprende a ser verdadera y plenamente hombre», afirmó el purpurado. El Arzobispo también recordó que San Juan Pablo II, en su Exhortación Postsinodal sobre la familia enseñó sobre el carácter «insustituible e inalienable» de la relación de amor entre padres e hijos.

«La familia es la gran escuela de la sociedad», afirmó el Card. Cañizares. «No puede ser suplantada por nada ni por nadie. Así lo reclama no sólo el bien privado de cada persona humana sino el bien común, el bien de la sociedad, inseparable siempre del bien de la persona». Por este motivo, la sociedad debe estar al servicio de la familia, también en lo relacionado a la educación, y no puede «sustituirla en modo alguno, ni invadir su inalienable misión».

El purpurado culminó su carta cuestionando las motivaciones de las afirmaciones de la funcionaria y advirtiendo sobre los riesgos de la posible implementación de esta visión en la educación. «¿Se quiere volver al pasado y resucitar una nueva dictadura?», preguntó el Arzobispo, quien comparó la proposición a los modelos de Cuba, China o la Unión Soviética. «¿Dónde queda la libertad de enseñanza, la libertad religiosa y moral y qué espacio queda para lo que no sea el pensamiento único y dominante? ¿Así se piensa progresar?», concluyó. «Esto es un retroceso muy grande. Lo siento. Debe aclararse el Gobierno y no falsear ni engañar, porque va contra el bien común, objetivo ineludible que debería buscarse».

Con información de AVAN.