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Ciudad del Vaticano (Lunes, 10-02-2020, Gaudium Press) Durante la Santa Misa que rezó el viernes 07/02, en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco hizo una exhortación a los cristianos para que sigan el camino indicado por San Juan Bautista.
Según Francisco, el camino indicado por Juan y por Jesús es el de la humillación: No tener «miedo de las humillaciones», pidamos al Señor que nos envíe «algunas» para «tornarnos humildes», a fin de «imitar mejor» a Jesús, aconsejó el Papa.
El camino de Jesús
El Pontífice dijo que el Evangelio de Marcos explica cómo Juan Batista fue enviado por Dios para «indicar el camino», «el camino» de Jesús.
El Bautista fue «último de los profetas» y tuvo la gracia de poder decir: «Este es el Mesías», recordó Francisco: «El trabajo de Juan Bautista no fue tanto el de predicar que Jesús vendría y preparar al pueblo, sino el de dar testimonio de Jesucristo y darlo con la propia vida. Y dar testimonio del camino escogido por Dios para nuestra salvación: el camino de la humillación».
«Pablo expresa eso de forma muy clara en su Carta a los Filipenses», dijo el Pontífice. «Jesús se aniquiló a sí mismo hasta la muerte, muerte en Cruz». «Y esa muerte en Cruz, ese camino de aniquilación, de humillación, es también nuestro camino, el camino que Dios muestra a los cristianos para seguir adelante», subrayó el Pontífice.
El humilde y la tentación de la soberbia
San Juan Bautista, destacó el Papa, tuvo la «tentación de la soberbia, del orgullo»: como Jesús, «en el desierto, con el diablo, después de ayunar».
La tentación de Juan fue delante de los doctores de la ley que preguntaban si era él el Mesías y él se humilló: Podría haber respondido que era «su ministro», pero no fue lo que hizo.
Nuestro Señor y Juan «tuvieron autoridad delante del pueblo», afirmó Francisco, recordando que su predicación tenía autoridad.
El Pontífice enfatizó también que tanto Jesús como San Juan, «acabaron de la manera más humillante»: Jesús con la muerte en la Cruz, «la muerte de los criminales más bajos, terrible físicamente y también moralmente», «desnudo delante del pueblo» y de «su madre». Juan Bautista «decapitado en la prisión por un guardia» por orden de un rey «debilitado por los vicios», «corrompido por el capricho de una bailarina y el odio de una adúltera».
A este propósito, Francisco recordó que «El profeta, el gran profeta, el mayor hombre nacido de una mujer y el Hijo de Dios escogieron el camino de la humillación. Es el camino que nos muestran ellos y que nosotros cristianos debemos seguir». (JSG)
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