sábado, 23 de noviembre de 2024
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Presidenta de Foro de Laicos de España habla para Gaudium Press

Madrid (Miércoles, 12-02-202, Gaudium Press) Desde el próximo viernes 14 de febrero y hasta el domingo 16 se realizará en Madrid el Congreso Nacional de Laicos, organizado por la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española. En este evento participarán 2200 personas provenientes de todas las diócesis españolas y de todos los movimientos y asociaciones de fieles laicos que tienen presencia y reconocimiento en España.

Sobre este importante acontecimiento entrevistamos a la Presidenta del Foro de Laicos de España, Doña Dolores García Pi, una de las más activas integrantes de la Comisión de Contenidos del Congreso.

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Gaudium Press – ¿Qué importancia tiene para la Iglesia Española el Congreso Nacional de Laicos que se realizará el próximo fin de semana?

Dolores García Pi – Creo que se puede responder a esta cuestión subrayando dos puntos.

Por un lado, sirve recordar el objetivo general que se plantea para el Congreso y alguno de sus fines específicos:

• «impulsar la conversión pastoral y misionera del laicado en el Pueblo de Dios, como signo e instrumento del anuncio del Evangelio de la esperanza y de la alegría, para acompañar a los hombres y mujeres en sus anhelos y necesidades, en su camino hacia una vida más plena».

• visibilizar la realidad del laicado que desde la vivencia del Evangelio está comprometido a nivel eclesial y social.

Por otro, entender el Congreso en el marco de un proceso de discernimiento de la Iglesia en España, donde nos preguntamos qué nos está pidiendo hoy el Señor. No se puede, ni debe entender esta cita del próximo fin de semana como un evento aislado, sino como un camino en el que los laicos, que somos la gran mayoría del Pueblo de Dios, estamos llamados a crecer en corresponsabilidad dentro y fuera de la Iglesia.

GP – La dinámica del Congreso, especialmente el sábado será muy importante por la participación activa de los congresistas y por la cantidad de experiencias que se relatarán. ¿Le ilusiona esto especialmente?

Dolores García Pi – En el intenso trabajo de estos meses hemos encontrado una gran cantidad de experiencias de una gran profundidad de vida y de testimonio del Evangelio. Y eso es signo de la vitalidad de la Iglesia y del laicado en particular y también de su rica diversidad.

Además, estamos encontrando un gran eco a las peticiones de participación y colaboración. Se tiene la fuerte impresión de que todos nos sentimos constructores en primera línea del Congreso, de que todos estamos involucrados en primera persona en este proceso sinodal.

GP – Se ha recalcado que la etapa post-Congreso será muy importante, ¿por qué motivo?

Dolores García Pi – Es seguramente la fase más exigente, porque se trata de «encarnar» en nuestros distintos ámbitos y realidades eclesiales cuanto hayamos discernido durante el Congreso, con la idea de que nos sirva para reforzar la vivencia de nuestra vocación y misión.

Hace año y medio iniciamos un camino al que, con alegría y entusiasmo creciente, se fueron incorporando diócesis, movimientos y otras realidades eclesiales… mantener el ritmo del camino no será sencillo, requerirá perseverancia, seguir realizando un ejercicio de escucha recíproca y sobre todo de escucha del Espíritu Santo

GP – El primer anuncio, el acompañamiento, la formación, la presencia de los laicos en la vida pública son las líneas principales del Congreso. ¿Qué le falta al laicado para tener más presencia en la vida pública?

Dolores García Pi – Si pensamos en la enorme cantidad de ámbitos de la vida pública, encontramos que en algunos (promoción social y asistencial, espacios educativos, etc.), la presencia es numerosa, activa y reconocida. En cambio, no ocurre lo mismo, salvo excepciones, en otros ámbitos, como el mundo de la política, del trabajo, de la cultura y la ciencia o de los medios de comunicación.

El compromiso transformador de la realidad social es inherente a la vocación laical, no podemos renunciar a ello y debemos asumir esta conciencia que, por un lado, es un gran reto (personal y colectivo) y, por otro, una gran riqueza que podemos aportar.

Además, a menudo, los cristianos mayormente presentes en ámbitos de la vida pública lo viven «en soledad». Por eso, la cercanía y el acompañamiento a estas personas constituye una tarea primordial.

GP – En el documento base de trabajo del Congreso se señala como una sombra del panorama actual «una pérdida de la centralidad de la Eucaristía en la vida Cristiana». ¿Cómo solucionar esta carencia?

Dolores García Pi – El documento al que hace referencia la pregunta, ha sido elaborado con las aportaciones del trabajo llevado a cabo en los casi 2500 grupos de reflexión que se han reunido en estos meses previos al Congreso. Y esta afirmación en concreto se encuentra dentro del capítulo de las «sombras» que como laicos detectamos en nuestro camino.

Considero que el primer paso reside en que crezca en cada uno de nosotros la conciencia y la experiencia de que nuestro ser laicos católicos se apoya en el encuentro personal con Cristo, el cual permea cada aspecto de nuestra vida.

Dicho encuentro trae de consecuencia una vivencia adecuada de los Sacramentos y, en particular, de la Eucaristía. La revitalización de las comunidades cristianas y la valorización de la formación son, sin lugar a dudas, condiciones imprescindibles para que la vida sacramental se celebre con mayor profundidad.

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