Buffalo (Jueves, 20-02-2020, Gaudium Press) La Dra. Justyna Braun, Profesora de literatura y filosofía de la Academia Chesterton, dedicó un artículo de análisis en la revista Crisis Magazine a un problema compartido por no pocos educadores: cómo motivar a sus estudiantes a vestir con modestia de una manera convincente. Los documentos existentes suelen limitarse a mostrar preocupación por las tendencias inmorales o condenar atuendos específicos, pero dejan un vacío en el campo de una propuesta llamativa que oriente de manera concreta a las nuevas generaciones.
La clara diferenciación entre hombres y mujeres y la recuperación del sentido de la belleza figuran entre las prioridades propuestas. Foto: Artur Aleksanian. |
«A largo plazo, las reglas restrictivas no ayudan a nadie a vestir bien», indicó la académica en su reflexión. «Los estudiantes se rebelan o simplemente usan lo que parece más cómodo. Creo que la razón es que la mayoría de los adolescentes, y los adultos, nunca aprenden a lograr una apariencia elegante y rara vez consideran por qué es importante que se vean mejor».
Las consideraciones morales sobre la moda tienen una larga historia, y las soluciones que cada época han implementado son muy variadas, pero la autora reconoce dos aspectos propios de la época actual: «Primero está el abandono de los principios estéticos en la moda. Muchos de nosotros queremos lucir bien, pero no sabemos cómo hacerlo», indicó. «El segundo es la confusión de las identidades de género. Las mujeres se visten libremente con ropa masculina, mientras que los hombres recurren a métodos tradicionalmente femeninos para cultivar la apariencia personal».
Sobre la primera característica, la pérdida del sentido de la belleza, Braun recuerda que atuendos de otras épocas buscaban relaciones armónicas entre las medidas del cuerpo y establecían cánones a veces estrictos. «Mis alumnos se sorprenden cuando les digo que la moda, como las matemáticas o la gramática, tiene sus propias reglas derivadas de la óptica y la geometría», comentó la profesora. «En un mundo donde supuestamente todo vale, el orden en la apariencia ofrece un poderoso testimonio de la existencia de la belleza».
Más preocupantes que el anterior tema, la autora señaló las dificultades que representa la desaparición de las distinciones entre lo masculino y lo femenino en la moda actual. «Tal eliminación de las diferencias sexuales entre hombres y mujeres es quizás más atroz que la sobresexualización del cuerpo humano y el comportamiento a través de la moda», alertó. «Al difuminar las distinciones entre los sexos, logramos el efecto contrario: en lugar de resaltar las características sexuales masculinas y femeninas y prescribir los roles masculinos y femeninos en las relaciones, pretendemos que el sexo exprese sólo una elección personal».
Braun abogó por una diferenciación clara expresada en la moda a través de la aplicación de principios de diseño como una forma de ir contracorriente ante las propuestas de la ideología de género. «La ropa que afirma nuestra masculinidad o feminidad contrarresta una ideología que rompe la relación entre nuestros cuerpos y nosotros mismos», concluyó. «En última instancia, vestirse bien y vestirse de acuerdo con nuestra naturaleza dada por Dios están conectados. Nos remiten a fuentes objetivas de belleza y orden natural».
Con información de Crisis Magazine.
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