Columbus (Martes, 25-02-2020, Gaudium Press) La jurista y teóloga María Garabis Davis dedicó un artículo en la plataforma católica Aleteia a promover una iniciativa personal que le permitió cumplir satisfactoriamente sus propósitos de Cuaresma después de años de frustraciones. En lugar de cambiar los sacrificios ofrecidos, buscó ser más consciente del motivo por el cual los ofrecía y transformó la penitencia de cuaresma en una «Cuaresma de Amor». En su propuesta, la redactora afirmó que esta iniciativa la llevó de una «Cuaresma de amor al amor por la Cuaresma».
Los propósitos de Cuaresma son más fáciles si son motivados de modo concreto por el amor. Foto: Mazur/catholicnews.org.uk |
La historia de la teóloga partió de una inclinación personal a ofrecer demasiados sacrificios en Cuaresma ,los cuales no eran realistas. De comenzar con varios objetivos que poco a poco iban siendo abandonados,
terminaba el tiempo penitencial sin ninguna práctica efectiva. En la mañana de Pascua hacía un voto solemne de que el siguiente año sí se comprometería con la Cuaresma, de forma que pudiera celebrar de manera más auténtica la Pascua.
«Después de años de romper con la Cuaresma a mitad de la temporada, finalmente descifré el código», afirmó. «La cuaresma se trata del amor. Del amor que Jesucristo viene por mí y por ti. Para realmente experimentar la cuaresma tenía que poner amor en ella». La metodología para hacer concreto este propósito de amor fue buscar no cuál sería el sacrificio sino por quién sería ofrecido. «Decirle no al chocolate significa algo más cuando usted lo está haciendo con la intención de la sanación plena del cáncer de seno de una amiga. De igual manera, levantarse en el momento que suena su alarma es exponencialmente más poderoso cuando su intención para ese día es la santidad de sus hijos», propuso como ejemplos.
Las enseñanzas de los Santos abundan sobre la importancia del amor como base del sacrificio, recordó Davis. «El amor y el sacrificio están vinculados estrechamente como el sol y la luz. No podemos amar sin sufrimiento. No podemos sufrir sin amor», afirmaba Santa Gianna Molla. De igual manera, San Maximiliano Kolbe declaraba: «Recordemos que el amor vive a través del sacrificio y es alimentado por el dar. Sin sacrificio no hay amor».
La propuesta concreta de la redactora es escribir 40 nombres y asignar cada día de la Cuaresma a una persona en específico. De esta manera, los sacrificios que el creyente ofrece en ese día benefician espiritualmente a esa persona. «Por ellos se ora y por ellos se ayuna», concluyó. «Esta es mi Cuaresma de amor que ha creado mi amor por la Cuaresma, y podría hacerlo por usted también».
Con información de Aleteia.
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