Ciudad del Vaticano (Viernes, 28-02-2020, Gaudium Press) Los Consultores Históricos de la Congregación para las Causas de los Santos expresaron el martes 25 de febrero su opinión positiva sobre la «Positio suppletiva super martyrio» del sacerdote salesiano, Padre Elia Comini, quien fue asesinado en 1944 por los nazis en la masacre de Monte Sole, en los Apeninos boloñeses, Italia.
La ‘Positio’ fue redactada luego de que la misma Congregación de la Santa Sede concediera el pasado 22 de febrero de 2019 que la causa iniciada del sacerdote sobre sus virtudes heroicas – ‘super virtutibus’ -, podía ser estudiada desde su martirio – ‘super martyrio’. Esto a raíz de nuevas pruebas históricas documentales del salesiano.
Fue el propio Rector Mayor de los Salesianos, padre Ángel Fernández Artime, quien pidió formalmente al Prefecto de la Congregación para las Causa de los Santos, Cardenal Angelo Becciu, que la causa del Sirvo de Dios fuese estudiada como Causa de martirio.
El salesiano padre Comini fue asesinado en Italia durante la Segunda Guerra Mundial / Foto: ANS. |
Así, el 8 de octubre 2019 el Postulador General de los Salesianos, padre Pierluigi Cameroni, a solicitud de la Congregación para las Causa de los Santos, entregó la ‘Positio’ relativa al martirio del padre Elia Comini. El documento fue escrito por la doctora Lodovica Maria Zanet, siendo Mons. Maurizio Tagliaferri su ponente.
El padre Elia Comini nació el 7 de mayo de 1910 en Calvenzano, ciudad situada en la provincia italiana de Bolonia. Fue alumno de la escuela salesiana de Finale Emilia, donde tiempo después pidió hacerse religioso. Realizó un año de noviciado en Castel de Britt, haciendo su primera profesión religiosa en 1926. Tras la muerte de su padre, Claudio, el joven es adoptado espiritualmente por Mons. Fidenzio Mellini, Arcipreste de Salvaro, también en Bolonia, quien había conocido a San Juan Bosco. Terminó su formación en Turín, y luego se graduó en Letras clásicas por la Universidad de Milán. Fue ordenado sacerdote el 16 de marzo de 1935.
Su ministerio sacerdotal lo ejerció en las escuelas salesianas de Chiari y Treviglio, donde fue también maestro, caracterizándose por su caridad pastoral, su amabilidad y carácter paternal con los jóvenes.
Durante el verano de 1944 viaja a Salvaro para estar con su ya anciana madre, Emma, y ayudar a Mons. Melluni. Desafortunadamente la zona se convirtió en epicentro de conflicto en el contexto de la Segunda Guerra Mundial entre las fuerzas aliadas, los partidarios y los nazis. De inmediato el Padre Comini se hace cercano con los habitantes, dispuesto para las confesiones, en la predicación.
Junto con otro sacerdote, el padre Martino Capelli, socorría a los refugiados, visitaba a los detenidos, curaba a los heridos, enterraba a los muertos, siempre dando esperanza a los que sufrían por causa de la guerra, incluso poniendo en peligro su propia vida.
El 29 de septiembre de 1944, cuando se dirigían hacia Grizzana, donde había ocurrido una cruel matanza, ambos sacerdotes son detenidos por los nazis, que creyeron que los presbíteros eran espías. Hubo varios intentos para que fuesen liberados, incluso el alcalde del pueblo, Emilio Veggeti, un día solicitó: «Entre sus prisioneros hay un sacerdote, libérenlo», pero el padre Comini decía: «o nos liberan a todos o a ninguno».
En el tiempo de su detención, los sacerdotes son despojados de sus vestiduras y sus insignias, siendo fuertemente humillados. Ya en cautiverio son asesinados en Pioppe di Salvaro, junto con un grupo de ancianos e incapacitados. Era el 1 de octubre de 1944.
Cuentan que en los último momentos de su vida el padre Comini sostuvo con fuerza su Breviario y fue cruelmente golpeado en sus manos, pese a ello acompañó a los moribundos cantando las Letanías, y que el padre Capelli, también fuertemente golpeado, invocó el perdón y bendijo a los compañeros en agonía.
Con información de ANS.
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