París (Viernes, 28-02-2020, Gaudium Press) Asia Bibi, la mujer condenada a muerte en Pakistán por una supuesta blasfemia y quien debió esperar nueve años para comprobar su inocencia, concedió una entrevista a la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada en la que compartió la dimensión espiritual de sus sufrimientos. Para la célebre víctima de la persecución, la fe es el origen de su fortaleza en medio de la prueba.
Asia Bibi en la actualidad, presente en Francia para la presentación de su libro “Al fin libre”. Foto: Ayuda a la Iglesia Necesitada. |
«Durante mi detención, sostuve la mano de Cristo. Es gracias a Él que he quedado de pie», afirmó Bibi. «No tengan miedo». De manera llamativa, los autores de la entrevista, John Pontifex y Thomas Oswald, afirmaron no haber percibido enojo o amargura en la creyente cuando ella se refería a los nueve años de cautiverio.
La mujer explicó que desea hacer uso de su relevancia internacional obtenida al convertirse sin buscarlo en el rostro emblemático de la persecución a los cristianos en Pakistán para ayudar a otras víctimas en ese país, quienes también enfrentan falsas acusaciones de blasfemia. «Es gracias a los medios de comunicación que todavía estoy viva», comentó.
Actualmente Bibi, quien se refugia en Canadá, está solicitando asilo en Francia, un país que se pronunció oficialmente en favor de su liberación. «He encontrado mucho amor aquí», expuso, aunque insistió en el dolor que le causó verse obligada a dejar su tierra natal. «Es mi patria. Amo a Pakistán apasionadamente». La mujer recordó que en su infancia no había divisiones ni problemas de convivencia entre los cristianos y los musulmanes, pero que progresivamente aumentaron los ataques contra los creyentes y las tensiones entre las comunidades. Las desproporcionadas denuncias de blasfemia en contra de cristianos y otras minorías religiosas frecuentemente surgen de rencillas personales y demuestran cómo la ley de blasfemia es empleada como arma de persecución.
Con información de Ayuda a la Iglesia Necesitada.
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