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Lahore (Martes, 03-03-2020, Gaudium Press) En numerosos templos de Pakistán se llevaron a cabo Eucaristías por el alma del líder católico y político Shahbaz Bhatti, un seglar considerado localmente como mártir al haber sido asesinado por defender a la creyente Asia Bibi, acusada falsamente de blasfemia. La celebración central en su memoria aún está por realizarse y se llevará a cabo en el pueblo natal de Bhatti, Kushpur, donde se reunirán más de 2.000 personas presididas por el Obispo de Faisalabad, Mons. Indrias Rehmat. Al evento asistirán diversas personalidades entre las cuales se destacan activistas en favor de los derechos de las minorías religiosas y el hermano de Shahbaz Bhatti, Paul Bhatti, quién dirige la fundación Misión Shahbaz.
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| Shahbaz Bhatti. Foto: Christian Solidarity Worldwide. |
«Shahbaz Bhatti fue un auténtico patriota, un verdadero hijo de Pakistán. Su memoria honra a nuestro país. La razón es ésta: dio su vida para promover un Pakistán donde la ley, la justicia, la libertad y la igualdad fuesen principios respetados y vividos», expuso su hermano en una declaración reproducida por la agencia Fides. «Lo recordamos hoy como víctima de la violencia y el terrorismo, pero su testimonio no caerá en oídos sordos y no será olvidado: muchas personas están listas para continuar su campaña por la justicia, la paz y la convivencia».
Asia Bibi, la creyente a quien defendía en el momento de su muerte y cuya denuncia motivó directamente su asesinato, describió recientemente desde la libertad el dolor que le significó la pérdida de quien fue su principal aliado en la búsqueda de su liberación. Shahbaz Bhatti servía entonces como Ministro de Minorías de Pakistán. «Cuando pienso en él se me llenan los ojos de lágrimas y siendo de corazón su pérdida. Pero siento que él no ha muerto porque quien muere por la verdad y la fe nunca muere», declaró en una entrevista el pasado 28 de febrero, según reportó ACI.
Es célebre el testamento espiritual escrito por Shahbaz Bhatti poco tiempo antes de morir, en medio de las tensiones y amenazas por parte de grupos radicales. «Quiero vivir en Cristo y quiero morir en Él. No siento miedo en este país. Los extremistas han intentado matarme muchas veces, me han encarcelado, amenazado, perseguido y han aterrorizado a mi familia», declaró el Ministro. «Yo solo digo que, mientras esté con vida, hasta mi último suspiro, seguiré sirviendo a Jesús y a ésta pobre y sufriente humanidad, a los cristianos, a los necesitados, a los pobres».
Con información de Fides y ACI.
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