Madrid (Viernes, 06-03-2020, Gaudium Press) El P. Bernardo Cervellera, editor del informativo AsiaNews, concedió una entrevista al de España sobre las condiciones actuales de los creyentes católicos chinos. El sacerdote, que ha seguido durante años la situación de libertad religiosa en el país, lamentó las difíciles condiciones que enfrentan los católicos que practican su fe en la clandestinidad.
P. Bernardo Cervellera, editor del informativo AsiaNews |
Para el sacerdote, los creyentes enfrentan una grave incertidumbre sobre su futuro en medio de crecientes presiones gubernamentales para obligarlos a inscribirse en la comunidad oficialista tras la entrada en vigor de nuevas regulaciones emitidas meses antes de la firma de un acuerdo con la Santa Sede sobre el nombramiento de Obispos. «Reunirse en las casas se ha convertido en algo muy difícil, desempeñar el ministerio del sacerdocio también es algo complicado, incluso quedar con personas en las casas», afirmó el P. Cervellera. «Y el control de todos los aspectos de la vida de los creyentes es muy fuerte».
Manipulación del Partido
«El acuerdo no toca todos los aspectos de la libertad religiosa de la Iglesia en China, trata únicamente sobre los nuevos nombramientos de Obispos, así que no enfrenta los problemas de la Iglesia y los obispos clandestinos, trabajar por los católicos, la paz, la justicia y la libertad en la sociedad», comentó el experto. «Así que prácticamente están las nuevas reglas para el nombramiento de Obispos, pero el resto de la situación queda en manos del Ministerios de Asuntos Religiosos, que no quiere para nada que la Iglesia sea libre e independiente de su mandato».
Las estrategias de presión gubernamental han creado situaciones en las que miembros de la Iglesia denuncian a otros miembros por intereses personales y en la que los ciudadanos son presionados a «convertirse en espías en casos de actividad religiosa», denunció el P. Cervellera. «Hay una lista de beneficios que esta gente puede recibir». Para el sacerdote, el régimen comunista ha logrado incluso manipular la situación para presionar a la Santa Sede, que se vio amenazada por la posibilidad de un nombramiento de cerca de 45 obispos ilícitos.
El nombramiento de Obispos pudo plantearse como un primer paso en la solución de los muchos problemas de la Iglesia en China, y este argumento pudo haber motivado la firma del acuerdo bajo presión. «El único problema es que desde que se firmó este acuerdo, no ha sido nombrado ningún nuevo Obispo», recordó el sacerdote, quien señaló que no ha habido avances en otros temas como el reconocimiento de los Obispos subterráneos y otros aspectos de la vida de la Iglesia. » Tras el acuerdo nada se ha hecho, así que no hay avances, los nombramientos se han parado y la Iglesia clandestina está siendo prácticamente destruida».
Los retos permanecen
El editor recordó que aún no hay información sobre un Obispo detenido en 1996, Mons. James Su Zhimin, ni hay solución para el Obispo de Shanghai, Mons. Thaddeus Ma Daqin, quien permanece en arresto domiciliario desde su consagración en 2012 por haber renunciado a la Asociación Patriótica. «Los sacerdotes más que ser arrestados, son sustraídos de sus templos y llevados a la fuerza a sus aldeas, para que no puedan desarrollar sus tareas sacerdotales», denunció el P. Cervellera. «También hay muchos otros Obispos que son controlados las 24 horas por la policía. Y los que firman para ser una Iglesia independiente, formando parte de la Asociación Patriótica, lo hacen quedando dependientes del Partido Comunista Chino, así que al final no son independientes».
«Mi impresión es que el Partido Comunista Chino no quiere que su poder termine en China, así que se defienden a cualquier costo. Y una de las cosas que quiere es acabar con la Iglesia Católica ya que, según el PCC, ésta es responsable de la caída del Partido Comunista en la antigua URSS», concluyó. «Ya han pasado 5 años desde que Xi Jinping, el Presidente de China, dijo que no deben ser como el Partido Comunista Soviético para no terminar como ellos. Así que sería muy difícil normalizar la situación».
Con información de Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia.
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