Madrid (Miércoles, 11-03-2020, Gaudium Press) A propósito de la ley con la que se pretende despenalizar la eutanasia en España y que avanza en el Congreso del país europeo, la Conferencia Episcopal Española, ha compartido en su página web un documento para hablar de «Cuestiones sobre la eutanasia».
Se trata de un texto muy completo que, a través de varias preguntas, responde, como su título lo indica, sobre diferentes cuestiones de la eutanasia: qué es, cuál es el alcance nocivo de la ley para la sociedad, qué mentiras hay para desmontar la eutanasia, la medicina qué dice, cómo defender a las personas que sufren, entre otros, para así dar luces en materia de defensa de la vida humana.
El documento recuerda que la eutanasia «es el modo de quitar la vida a una persona enferma», provocando la muerte intencionada a quien padece una enfermad avanzada, crónica o terminal.
«Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo», dice juramento hipocrático de los médicos / Foto: Cristian Newman por Unsplash. |
Señala que la auténtica eutanasia «debería ser la que permita al enfermo morir dignamente, aliviando su dolor, su angustia y su soledad con la cooperación del personal sanitario su familia y su entorno (…) no debe ser un modo de librar a la sociedad de personas molestas y costosas, ni un modo de evitar que el Estado gaste dinero en cuidados paliativos y asistencia social».
Por eso – se explica en el texto – entre las estrategias que se utilizan en las campañas para «promover» una ley de eutanasia está el uso de expresiones como «muerte digna» y libertad», evitando expresiones como «ayudar a suicidarse», «quitarle la vida» o «provocar la muerte a un enfermo»; y el procurar presentar a quienes defienden la vida como retrógrados, contrarios a la libertad individual y al progreso.
«Se trasmite la idea de que la eutanasia es una cuestión únicamente religiosa y se dice que, en una sociedad pluralista, la iglesia – o cualquier confesión religiosa – no puede, ni debe imponer sus opiniones», indica el documento.
También expone varias de las mentiras de la campaña de la eutanasia: «Nos dicen que es sólo para cuando haya un dolor insoportable (…) que se hace por compasión (…), que es indigno vivir con sufrimientos sin calidad de vida (…), que es una decisión fruto de la libertad».
Por eso, continúa el texto, el daño que más ocasiona la ley que permite la eutanasia es al paciente que se encuentra en situación terminal, ya que, «en vez de atenderlo, acompañarlo y ofrecerle cuidados paliativos, se opta por acabar con su vida».
El documento recalca que, de esta manera, la ley que se tramita en el Congreso español es nociva para la sociedad, puesto que es deber del Estado defender al más débil. Al respecto, se señala: «Una sociedad es más civilizada en la medida que sea capaz de proteger a los más débiles, y el Estado tiene el deber de asistir a los más débiles y desfavorecidos permitiéndoles vivir con dignidad y morir en las mejores condiciones posibles cuando llegue su momento».
En cuanto a lo que afirma la medicina, el texto aborda el tema del juramento hipocrático que hace todo médico. Indica que éste «ha sido referente moral de los médicos a lo largo de la historia», y que en él, el médico hace un compromiso por la vida: «jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo».
Finalmente el documento subraya la necesidad de defender a la persona que sufre, puesto que, «todo ser humano tiene una dignidad infinita (…) Cada persona es un fin en sí mismo, nunca un medio, por ello requiere todo el esfuerzo que sea necesario para cuidarla y atenderla, el ser humano no puede ser tratado como un objeto inútil como una carga que produce gastos a la sociedad e incomodidades familiares».
Lee completo aquí «Cuestiones sobre eutanasia».
Con información de la Conferencia Episcopal Española.
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