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Porto – Portugal (Viernes, 13-03-2020, Gaudium Press) El párroco de Nuestra Señora de la Hora, en la Diócesis de Porto, dijo a la Agencia Ecclesia que la pandemia del nuevo coronavirus «no puede ser un tiempo de vacío pastoral», sino de «oportunidades virtuosas» para una «Cuaresma reforzada».
«Nuestra palabra de pastores no se debe reducir a la comunicación de algunas reglas de procedimiento higiénico-sanitario y litúrgico: ¡Eso es bienvenido, hace falta! Pero creo que es preciso más, es preciso ofrecer al pueblo de Dios una interpretación cristiana del momento crítico que estamos viviendo», afirmó el padre Amaro Gonçalo.
Para el sacerdote de la Diócesis de Porto, es necesario hacer una «lectura de las señales para crecer en la fe, caminar en la esperanza y testimoniar el amor».
«Aprovechar el tiempo de la cuarentena forzada para una cuaresma reforzada» es el propósito del párroco de Nuestra Señora de la Hora.
La Pandemia y la Cuaresma no cancelada
El padre Amaro Gonçalo considera que la pandemia Covid-19 es una «oportunidad para ver las enfermedades y los pecados» de una «sociedad globalizada», donde se encuentran «múltiples señales de la gracia de Dios en formas extraordinarias de dedicación y de alteración de algunos comportamientos».
«Aunque se puedan cancelar muchas actividades -y no sé si llegaremos al punto de cancelar las celebraciones- la Cuaresma no está cancelada, al contrario: el tiempo que estamos viviendo no debe ser vivido como un insoportable intervalo en nuestras vidas, sino como un tiempo de gracia», subrayó el religioso.
Para el sacerdote, la imposibilidad de realización de encuentros en las iglesias o las parroquias es una oportunidad para «valorar la familia» como Iglesia doméstica y de dar mayor relevancia a herramientas digitales para la oración y celebración en los ambientes domésticos.
«El hecho de no haber celebraciones y catequesis no significa que estén canceladas, sino que somos desafiados a cultivar una interioridad mayor», afirmó.
Llenar el vacío con silencio fecundo y los antivirus
El padre Amaro Gonçalo considera que es necesario «llenar el vacío» de la actualidad para que el «silencio no sea mutismo, sino un silencio fecundo».
Para el párroco de Nuestra Señora de la Hora, la pandemia en curso sugiere el ejercicio de virtudes como la de la humildad, afirmando a todos que no son «dueños de la vida», y lleva a relativizar el alcance de los progresos de la ciencia y la técnica.
El padre Amaro Gonçalo indica además que la «fraternidad solidaria» es un «antivirus» contra «la superficialidad, la indiferencia, la autosuficiencia y el narcisismo que vienen a la cima en estos momentos».
La propuesta del párroco de Nuestra Señora de la Hora será compartida en la parroquia, sugiriendo un «estilo de vida más sobrio», viviendo este tiempo como «un desafío a la interioridad». (JSG)
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