Madrid (Martes, 17-03-2020, Gaudium Press) Si alguien tiene experiencia de pasar tiempo enclaustrado en casa pues son… las monjas de clausura. Algunas de ellas dan consejos prácticos, y también de fe, para que las personas en cuarentena aprovechen bien su tiempo.
Hay que tener «paciencia y rezar un poquito más», dicen las Mercedarias Descalzas de la Purísima Concepción en Madrid, más conocidas como Las Góngoras. Los padres pueden «buscar juegos adecuados a las edades de los niños para que puedan estar entretenidos».
Pero también los papás deberían aprovechar este tiempo obligado en los hogares para ofrecer a sus hijos el más precioso regalo, que es el don de la fe: «Es un momento para que los hijos vean que los padres también rezan. A veces los niños piensan que solo rezan las monjas porque, por las mil circunstancias de la vida, no ven a sus padres en oración». Entonces, a organizar momentos de espiritualidad con los pequeños.
Estos días de confinamiento obligatorio en algunos sitios, es también ocasión propicia para meditar en espíritu cristiano, y pensar sobre el sentido de nuestra vida: «Para pedirle al Señor fuerza y paz; y también para encontrarle un sentido a la vida, para darse cuenta de que no todo son carreras, no todo es trabajo, que no todo es estar con las cosas del mundo. Todo hace falta, hace falta trabajar, salir, el ocio y también unirnos como familia y rezar».
Los conventos de clausura redoblan oraciones por coronavirus
Son muchos los conventos de clausura en España que han redoblado sus oraciones con ocasión de la pandemia que hoy cubre el planeta.
Las Visitandinas o Salesas de Vitoria están rezando todos los días por «los enfermos, por los que han muerto y por los sanitarios» que están atendiendo la pandemia. Además, de lunes a miércoles estas 22 monjas están llevando «en procesión una imagen del Sagrado Corazón de Jesús y rezamos el rosario por el fin de los contagios», afirma la superiora. «También rezamos específicamente por ello ante el Santísimo por la mañana y por la noche».
Otro tanto hacen la Clarisas de Montilla.
Aunque se levantan a las 6:15, y rezan seguido hasta el desayuno a las 9:30, ahora harán una hora adicional de adoración ante el Santísimo en el día, hasta que pase la pandemia. Y a la hora de acostarse , «exponemos al Señor hasta casi las 12 de la noche para rezar por el mundo en estas circunstancias tan difíciles», dice Sor María, la superiora.
Con información de Alfa y Omega
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