Detroit (Martes, 17-03-2020, Gaudium Press) El P. Stephen Pullis, Director del Departamento de Evangelización y Discipulado Misionero de la Arquidiócesis de Detroit, Estados Unidos, ofreció una serie de consejos para sacralizar el día domingo a los fieles que viven restricciones para participar en la Eucaristía o que deben permanecer aislados en cuarentena. Las particulares condiciones impuestas por las medidas de prevención del contagio del COVID-19 (Coronavirus) se producen durante una activa campaña de la Arquidiócesis por el rescate del domingo como Día del Señor (ver noticia anterior).
La oración en familia no reemplaza la Eucaristía, pero promeve el respeto y dedicación del domingo como Día del Señor. Foto: Katolitsi. |
«Hace menos de un año, nuestro Obispo local lanzó una nota pastoral titulada El Día del Señor», recordó el sacerdote, quien destacó la forma como el prelado motivó a todos los creyentes a vivir el domingo como un día sagrado. «Cuando no es posible para nosotros participar en la Misa, ¿cómo podemos aún santificar el Día del Señor?», cuestionó, para luego ofrecer varias alternativas.
El primer consejo es ver una transmisión en vivo de la Eucaristía a través de medios de comunicación. «Si bien la participación digital nunca puede reemplazar la presencia real en la Misa, la Misa en vivo es una excelente manera de mantener nuestra conexión con la Misa cuando no es posible estar allí en persona», aseguró el P. Pullis, quien invitó a limitar los elementos de distracción mientras se une a la celebración espiritualmente. De una manera relacionada, el segundo consejo es realizar una Comunión Espiritual, la cual puede hacerse diariamente para invocar la gracia de Dios y la unión con Jesucristo.
Una tercera actividad propuesta es leer las lecturas de la liturgia del domingo en familia. «Leer las Escrituras individualmente o junto con otros, especialmente en nuestras familias, es una excelente práctica espiritual», expresó el sacerdote. «Al pensar en las lecturas, hacer preguntas y escuchar cómo Dios podría responder en su corazón, las lecturas del domingo pueden proporcionarle alimento espiritual a usted y a sus seres queridos».
Los fieles también pueden unirse en el rezo del Santo Rosario en Familia y visitar los templos que se encuentren abiertos para la oración privada (lo cual permite el beneficio de acceder a la Adoración Eucarística). Finalmente, el P. Pullis recordó la oportunidad de aprovechar el domingo para contactar a los miembros de la comunidad que puedan padecer necesidades especiales y aliviar en la medida de lo posible sus necesidades.
«Si bien todas estas prácticas pueden ayudarnos durante este tiempo, nada puede reemplazar la participación real en la Misa dominical. Mientras ansiamos el alimento espiritual de la Eucaristía, podemos recordar la difícil situación de aquellos que han pasado meses y años sin este Pan de los Ángeles», concluyó el sacerdote. «Muchos católicos perseguidos en el mundo de hoy anhelan deleitarse con esta Sagrada Ofrenda con la frecuencia y la conveniencia que tan fácilmente podemos dar por sentado semana a semana y día a día. Mientras ayunamos de la Eucaristía durante esta pandemia como una medida extraordinaria para servir al bien común, que Dios nos conceda una conciencia renovada de la maravilla de la Eucaristía y un compromiso renovado de santificar el Día del Señor».
Con información de Detroit Catholic.
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