viernes, 22 de noviembre de 2024
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¿Y qué hacer si debo permanecer encerrado en casa? Consejos para no ‘enloquecer’ en tiempos de cuarentena

Redacción (Jueves, 19-03-2020, Gaudium Press) Cuarentena, enclaustramiento obligado, temas corrientes hoy y que conllevan sus ‘tentaciones’ propias, como la de quedar pegado a una pantalla, o quedarse en cama, o enloquecer de tedio, o de angustia, tal vez con los niños… Van algunos consejos prácticos para no caer en tentaciones.

– Hacer un horario

Minutos invertidos en hacer un horario no es pérdida de tiempo, sino que por el contrario son minutos muy bien empleados. Horario con actividades específicas (v.gr. lectura de tal libro, práctica de tal instrumento), con horarios definidos (de tal hora a tal hora), buscando que las tareas sean variadas, es decir, que algunas sean intelectuales, otras manuales, otras de sano esparcimiento, otras -fundamentales- de piedad, de agradecimiento y súplica a Dios.

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Recomendamos no pensar los días de cuarentena como si fueran días de pantuflas. Hay que asearse y arreglarse como si se fuese a la oficina o a la escuela.

– ¿Y si hay niños?

Pues es buena oportunidad para que los niños aprendan o no pierdan la disciplina escolar. Es importante que las actividades programadas correspondan a su edad; con niños pequeños, las manualidades son requeridas, v. gr., horarios para pintura o dibujo, para creación con plastilina, para aprender a construir castillos y edificaciones de papel, para aprender origami, etc.

La música es algo que normalmente atrae a los menores. Y no se necesita tener un piano en casa para introducir a los chicos en el maravilloso mundo de los tiempos, las notas y los bemoles; una simple flautita, o una guitarra y un tutorial al que fácilmente se puede acceder, puede ser la puerta de entrada a la creación de nuevos Mozarts.

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La clausura forzada de estos tiempos de cuarentena puede ser también la ocasión para re-descubrir el olvidado mundo de las artes escénicas, diversión esta que fue de reyes y nobles, quienes también creaban y actuaban. ¿Por qué no organizar una obra de teatro en familia? Hay algunas con pocos personajes, algunas que son adaptaciones cortas de obras clásicas, que fácilmente se pueden encontrar en internet.

Insistimos, mejor con horarios, que no es camisa de fuerza sino guía de actividades.

– La lectura, y los lectores

Antes que las ondas y la electricidad trajeran la agitación a este agitado mundo, el ser un buen lector era una cualidad de alto aprecio para amenizar el tiempo. Mientras alguna borda o incluso aprende bordado, o el otro limpia su calzado, o el otro se ejercita en su nuevo arte de la talla, uno de los integrantes de la familia puede ir leyendo un clásico, escogido de común acuerdo por todos. Recomendamos una lectura fácil y atrayente tipo Julio Verne, o algún thriller policiaco tipo Agata Christie o Sherlock Holmes, o las imperecederas obras tipo Los tres mosqueteros. O una buena vida de un santo.

– Las tareas del hogar

Tiempo en casa es tiempo para también re-descubrir que se debe colaborar con las tareas del hogar. Que estas funciones estén clarificadas de forma explícita, también ayuda a evitar conflictos. Pero estas labores también pueden ser agradables, por ejemplo, puede ser la hora de aprender algo de cocina, que un buen plato, y más en tiempos de cuarentena, siempre será bien apreciado.

– Las visitas virtuales

Tal vez la mayor tentación de estos días de cuarentena sea la de estar pegado cual ente pasivo y finalmente aburrido a una pantalla de computador o de televisión. Dicho esto, si hay personas que recorren miles de kilómetros para conocer lugares como el museo del Prado, ¿por qué no aprovechar estos días para hacer una visita virtual al mismo? Este museo dispuso un recorrido virtual por sus principales piezas con buenos audios que enseñarán a grandes y pequeños no solo de arte, sino también de historia. Pero con estas visitas virtuales, insistimos, se deben tener horarios, dígase una vez más, para alejar la tentación de quedar atrapado por el envolvente mundo de las ondas y las pantallas.

– Las relaciones humanas

Este agitado mundo también ha secuestrado por veces la oportunidad de recordar que vivimos en sociedad. Puedan ser estos días la ocasión para llamar a esa tía a la que tenemos olvidada, a ese primo que está al otro lado del charco luchando con la pandemia, a ese amigo del que no tenemos noticia hace rato.

– El aprendizaje y la práctica de la fe

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Pero al final, todo parte de Dios y todo depende de Dios, de Él vivimos, en Él nos movemos y existimos. Incluso la extinción y el menor daño de esta pandemia del coronavirus, depende básicamente de su Providencia. Entonces, este enclaustramiento forzado de muchos debe ser sobre todo la oportunidad para aprender de Dios y unirse a Dios en la oración. Es imprescindible que en el horario diario se establezca espacio para algo como la lectura del catecismo o un catecismo para chicos, y momentos de oración como el rezo del rosario, o la liturgia de las horas. También se puede ser seguir la misa diaria en los muchos canales que se han habilitado en días recientes para ello.

Habituar a grandes y pequeños a estos imprescindibles momentos de fe podrá ser algo duro al inicio, pero después serán tiempos de los más ansiados del día, porque no hay cosa que atraiga más que cuando se percibe que se está en unión con Dios.

Pero el pensar en Dios debe ser de toda hora. En cualquier momento, podemos rezar jaculatorias, pequeñas oraciones o actos de piedad para «santificar las horas», como recomienda San Luis de Montfort.

Por Saúl Castiblanco

(Con la colaboración de Aglaya Alvarado)

 

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