Lima (Lunes, 16-11-2009, Gaudium Press) «La fe no es para el silencio, es para que se proyecte en la organización de la comunidad. Formemos nuestra conciencia en el hogar, las escuelas, y en los medios de comunicación», afirmó el cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, durante la eucaristía dominical del domingo pasado en la Basílica Catedral de Lima, en la que también acogió los 160 años de la presencia de la comunidad china en el país, y apoyó el «Día Mundial de las víctimas de accidentes de tránsito».
«Debemos tener una conciencia que despierta cuando actúa mal, no puede estar adormecida en el relativismo», dijo el purpurado, resaltando que toda comunidad se organiza en base a los valores que se forman en ella.
Ejemplificando
Acerca de la proyección social que deben tener las rectas convicciones, el Cardenal ejemplificó con tema de debate actual en el Perú:
«Que el respeto a la vida desde su concepción hasta la muerte natural sea el centro y fundamento de todo derecho humano. Que la familia, célula fundamental de la sociedad, esté protegida, promovida y apoyada por las leyes. Nos toca a nosotros defender y profundizar la presencia de esos valores y de la fe», expresó.
«Una madre que espera en su vientre a una criatura es un santuario. La fe nos dice que la vida del ser humano desde la concepción y la muerte natural pertenece a Dios y no a los hombres, le confiere a la vida un carácter sagrado, una divinidad personal que suscita una única actitud legal y moral correcta, y es el respeto total y absoluto al principio más elemental de la vida», prosiguió.
Migración China y Día Mundial de Víctimas de accidentes de tránsito
Finalmente, el Arzobispo de Lima saludó de manera especial a la comunidad china por sus 160 años de presencia y trabajo en el Perú. Asimismo, saludó la iniciativa de la ONG Luz Ámbar de sumarse a ayudar a que la comunidad tome conciencia a través de los conductores de vehículos con un conjunto de actividades que se vienen desarrollando por el «Día Mundial de las víctimas de accidentes de tránsito».
Sobre la comunidad china, el purpurado manifestó que «esta migración china que con su laboriosidad han sido acogidos en un medio que los ha iluminado con la fe y esperanza, que algún día ese continente chino abra sus puertas con libertad y respeto a la fe católica. Que Dios los bendiga a ustedes miembros de la colonia China».
«Esta iniciativa (de Luz Ámbar) de pedir un mayor respeto por quienes conducen el carro para evitar accidentes, respetar las normas y manejar con mayor prudencia, todo esto y tantas iniciativas nos hacen ver que esa nostalgia de hacer el bien siempre el Señor la mantiene viva, que el Señor nos de fuerzas y nos ayude para que con esperanza pongamos nuestra confianza en la victoria de Cristo», concluyó.
Con información de la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima
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