St. Louis (Jueves, 26-03-2020, Gaudium Press) Una sencilla imagen de la Santísima Virgen afectada por la corrosión y de mediano tamaño se venera en el vestíbulo de la Capilla de Nuestra Señora en el templo de la Universidad de St Louis en St Louis, Estados Unidos, es protagonista de una historia digna de recordarse en tiempos de pandemia. La devoción a la Santísima Virgen manifestada en una afectuosa coronación fue para muchos la causa de la preservación del campus durante la epidemia de cólera en 1849.
Imagen de la Santísima Virgen de la Universidad de St Louis. Foto: CNA. |
«La ciudad tenía mucho miedo», relató a CNA Christopher Alan Gordon, Director de Biblioteca y Colecciones de la Sociedad Histórica de Missouri. Los primeros fallecimientos se registraron en enero y la epidemia tomó fuerza en abril. «Una vez que comenzó a afianzarse en primavera, la gente comenzó a huir de la ciudad». Los esfuerzos materiales para minimizar el contagio no correspondían a la verdadera causa de la epidemia, el agua contaminada, por lo que no se pudo frenar su avance.
Para ese año, la Universidad de St. Louis tenía una población únicamente masculina de 200 estudiantes residentes, a los que se sumaba un grupo de estudiantes diurnos que venían de sus casas a las clases. Ante la epidemia se empezaron a llevar a cabo oraciones y novenas al Sagrado Corazón de Jesús, y la preocupación de los alumnos encontró consuelo en oraciones diarias a la Santísima Virgen.
«Congregados en la Capilla del Sodalicio, la cual está específicamente de dedicada a Nuestra Señora, con labios que daban voz a los más profundos sentimientos de sus corazones, ellos imploraron su divina protección; de rodillas, con filial confianza y afecto, acudieron a María, su Madre Celestial, para que los resguardara de la pestilencia venidera, y con una simplicidad amorosa y casi infantil, prometieron que si ninguno de ellos o de aquellos que viven en la Universidad cayera víctima del cólera, pondrían sobre su imagen una corona de plata, que sería para ellos un memorial continuo de su amor», relató una carta del P. Pierre-Jean De Smet, sacerdote jesuita de la época.
Los estudiantes pusieron medallas de la Inmaculada Concepción en las puertas de la Universidad y, tras haber confiado su seguridad a a la Santísima Virgen, recuperaron el ánimo con la seguridad de que el cólera nunca ingresaría a la institución. A pesar de que los sacerdotes se dedicaban a la atención de los enfermos, ninguno resultó contagiado, al igual que los alumnos, que en junio regresaron a sus hogares para retomar sus estudios en septiembre. El 08 de octubre la comunidad educativa cumplió su promesa y coronó solemnemente la imagen de la Santísima Virgen.
La historia del hecho se plasmó en una placa de mármol y se replicó en una placa de bronce que se exhibe junto a la imagen en la actualidad. La corona se conserva en el templo, separada de la imagen, o en un museo de la Universidad. «Es sorprendente que una enfermedad tan virulenta como el cólera que cobró la vida de al menos el 10 por ciento de la población de St. Louis no llegara a la comunidad universitaria», destacó el P. David Suwalsky, historiador y Director del Departamento de estudios Teológicos de la Universidad. «Estoy dispuesto a llamarlo un milagro».
Con información de Catholic World Report.
Deje su Comentario