Arezzo (Martes, 14-04-2020, Gaudium Press) En momentos en que las autoridades italianas comienzan a relajar las estrictas normas de aislamiento a causa de la pandemia de COVID-19, el Arzobispo de Arezzo, Italia, Mons. Riccardo Fontana, realizó un fuerte cuestionamiento a las medidas que impiden que los fieles visiten los templos. Para el prelado, la oración es una actividad tan esencial como la compra de víveres.
Mons. Riccardo Fontana. Foto: Friends of San Filippino |
«¿Por qué está bien ir al mercado y comprar una alcachofa, pero no ir a la iglesia para la bendición de aceite de oliva?», preguntó el prelado en un mensaje televisivo emitido con motivo de la Pascua. «La Catedral es el edificio cubierto más grande de la ciudad, así que explíquenme por qué está permitido entrar al supermercado en números razonables pero no al templo».
Aunque el Arzobispo aseguró que la Iglesia acata las normas de prevención, calificó como «horrible» que se limite el acceso a los sacramentos y afirmó que esta decisión ha acarreado un «gran sufrimiento». La protesta del Arzobispo recuerda llamados previos como el del periodista católico Maurizio Scandurra, quien propuso que los templos sean incluidos dentro de los lugares permitidos: «¿No podría hacerse en las iglesias lo que se hace para recoger los cheques de pensiones en la oficina postal, tomar turnos en orden alfabético en días alternados?».
El periodista también afirmó que los templos cuentan con espacio suficiente para acomodar un grupo de fieles sin riesgos de contagio, respetando las distancias y suspendiendo las expresiones devotas que representen un peligro. Los fieles han ocasionalmente organizado encuentros de oración que han resultado en operativos policiales, multas y cuarentenas obligatorias para los participantes.
Mientras tanto, las autoridades eclesiásticas se encuentran a la espera de una evolución satisfactoria de la pandemia que permita la recuperación gradual de la vida de la Iglesia.
Con información de Crux.
Deje su Comentario