Redacción (Lunes, 20-04-2020, Gaudium Press) Hay muchas referencias históricas sobre ese centurión romano que vivía en Armenia, más propiamente en la ciudad de Meliteneque que se localizaba a los márgenes del río Tohma.
Era, exactamente, en esa región que se encontraba acantonada la famosa Legión XII, conocida como Fulminata, desde el año 70 d.C. Miletenque estaba localizada en una planicie fértil, especialmente, conocida por sus ricos pomares.
Fue en ese escenario que San Expedito en la persecución diocleciana, en el 303, fue decapitado por odio a la fe, juntamente con innúmeros de sus compañeros.
¿Por qué el cuervo aparece en su imagen?
Cuando se decidió hacerse un cristiano, el demonio tomando la forma de un cuervo le gritaba: ¡Mañana, mañana! Entonces, el santo matando el ave que le importunaba, con ímpetu dijo: «¡Seré cristiano, hoy mismo!»
Su nombre aparece en el martirologio, en Italia en el siglo XVIII. La devoción popular, que tantos milagros recibió por su intercesión, lo llama del santo de las causas urgentes.
¿No es verdad que ese mártir romano y su ayuda son más actuales hoy que nunca? Vivimos días difíciles por causa de la pandemia del coronavirus. En nuestras casas, sin sacramentos o misas, rezando por el término de tiempos tan difíciles.
Coronavirus – Covid-19
Pidamos a San Expedito que urgentemente venga a nuestro socorro y lleve para lejos la peste de ese Covid-19. Y que podamos, cuanto antes, como hacíamos todos los años en multitud llenar sus capillas, iglesias y santuarios, por el mundo entero.
Oración a San Expedito
Oh San Expedito, que por la disposición de la Divina Misericordia fuisteis escogido para obtenernos pronto y eficaz auxilio en la extrema necesidad, dignaos volver una mirada sobre los que vienen a implorar vuestro socorro con plena confianza en vuestra bondad.
Interceded, gran Santo, por nosotros, protegednos junto al Trono del Altísimo y de María Santísima, obteniéndome el necesario auxilio para conseguir mi eterna salvación y la gracia especial (pedir la gracia deseada) si Dios quiere concedérmela.
Yo reconozco que soy indigno de sus favores por las ofensas que he hecho a la Divina Majestad, pero ahora lloro y las detesto y con todo mi corazón, espero el perdón de su infinita misericordia, por la intercesión de María y con vuestro patrocinio. ¡Que así sea! (PJS)
Deje su Comentario