viernes, 22 de noviembre de 2024
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Cardenal George Pell: del calvario de falsas acusaciones de pedofilia a la liberación de la prisión

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Redacción (Miércoles, 22-04-2020, Gaudium Press) Después de un calvario de 405 días atrás de las rejas, el cardenal australiano George Pell, 78 años, recuperó su libertad por decisión unánime (7×0) de la Suprema Corte de Australia, después de dos sentencias condenatorias en instancias inferiores, por falsas acusaciones de pedofilia.

Primera entrevista

El prelado concedió su primera entrevista, en el Seminario del Buen Pastor (Sídney), al renombrado periodista Andrew Bolt, de Sky News Australia. Fue transmitida el día 14 de abril.

Hace algunos meses, Bolt ya había demostrado la imposibilidad del Cardenal haber cometido el crimen de pedofilia con dos menores al mismo tiempo en la Catedral de San Patricio, en Melbourne en los años 1990.

Acusado de un crimen imposible o al menos implausible

Entre las características de imposibilidades o al menos inverosimilitud del crimen que supuestamente se habría cometido, se encontraban:

1) falta de tiempo suficiente para cometer el crimen después de la misa o imposibilidad de que él y sus supuestas víctimas estuviesen al mismo tiempo en el mismo lugar;

2) la tradición (reconocida por la Suprema Corte) de que obispos estén siempre acompañados en ese tipo de misas públicas o grandes eventos de la diócesis;

3) innúmeros testigos certificaban que él estaría en frente a la catedral saludando a los fieles en el momento del supuesto crimen;

4) el veredicto de las instancias inferiores se basó en la palabra de apenas una de las supuestas víctimas (la otra negó los hechos, antes de morir de sobredosis);

5) aunque hubiese de hecho ocurrido el estupro de los dos adolescentes al mismo tiempo en la sacristía, habría sido presenciado por otros, por tratarse de un lugar por naturaleza muy transitado después de la misa.

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Persecución mediática contra la Iglesia

Pues bien, el periodista Andrew Bolt, que siquiera es cristiano, hace tiempo ya estaba intrigado de cómo, sin cualquier base fáctica, el cardenal podría haber sido condenado en ese caso que él considera como uno de los mayores malogros de la justicia australiana.

De hecho, la acusación contra Pell ocurrió durante una gran campaña mediática contra la Iglesia en el asunto de la pedofilia. Por ejemplo, en un programa de 2016, el presentador de la ABC, Josh Szeps, hablando de los «problemas del Arzobispo Pell», generaliza descaradamente: «Creo que lo más relevante es que él es parte de una institución que sistemáticamente protege estupradores de niños y tiene una larga historia en la ejecución [de esos crímenes]».[1]

Cacería de brujas y vilipendio a la fe

En la introducción de la entrevista de cerca de 50 min., el reportero deja claro que la decisión unánime de la Suprema Corte a favor del cardenal no se trataba de un mero tecnicismo.[2] La acusación por la cual fue preso, juntamente con las demás, simplemente no tenían sentido (eran contradictorias o hasta incluso risibles desde el punto de vista criminal).

El entrevistador todavía se pregunta cómo Pell «fue acusado por 26 denuncias, envolviendo 9 supuestas víctimas. Cada una de ellas ‘ridículas’ cayeron por tierra», y concluye: «Parece una persecución».

Y en un acto de desafío, dispara: «Se percibe una cacería de brujas […]. La ABC (Australian Broadcasting Corporation)[3] vilipendió a Pell durante años».[4]

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Proceso legal lleno de fallas y preconceptos

En seguida, Bolt levanta dudas sobre el proceso investigativo emprendido por la policía de la provincia de Victoria. Y ahora, curiosamente, abren una nueva acusación de pedofilia que levanta dudas, pues sobre ella nada se sabe. Y eso sucede apenas 5 días después de la liberación del prelado australiano.

Andrew Bolt lamenta que el proceso legal no haya considerado siquiera el principio básico del derecho: la cuestión de la carga de la prueba (no había ninguna digna de ser considerada como tal). Para el periodista, sus colegas de trabajo (en particular, de la ABC) deberían repensar el papel de la prensa en medio de tanto odio.

Pell: «Fantástica inverosimilitud» de lo ocurrido, reconocida hasta incluso por los enemigos

El Cardenal resalta al inicio de la entrevista, cuánto la defensa presentó «la fantástica inverosimilitud» del crimen haber de hecho ocurrido, con centenas de testigos contrarios, entre ellos miembros del coro del cual participaban las supuestas víctimas y auxiliares de la sacristía.

Hasta incluso enemigos de la Iglesia, relata Card. Pell, reconocieron la mala conducción del proceso, con prejuicios e inversión de la carga de la prueba. Y agrega el problema del preconcepto: «A muchos no le gustan mis posiciones. Puedo ser llamado de un conservador social. Yo creo en [posiciones] cristianas. Tengo posiciones de modo bastante claro en muchos casos». Eso no impide, sin embargo, que él reconozca la existencia de «crímenes terribles cometidos en nombre de la Iglesia».

Sin embargo, los acusadores alegan que él no mostró reacción después de la decisión y que, por eso, él habría sido culpable. Cardenal Pell respondió que, delante del tenor de las acusaciones, él juzgó que habría sido contraproducente responder en aquella altura, después de haber presentado todos los argumentos de modo cabal.

La Iglesia no pagó por la defensa

Bolt todavía indaga sobre quién habría pagado por el (costoso) proceso de defensa. Pell respondió que fueron muchas personas generosas, de buenas condiciones, cristianos, católicos etc. Como ya se sabía, confirmó que la Iglesia Católica «no pagó absolutamente nada».

A pesar de la celda solitaria y del lugar lúgubre, Pell declara: «Yo nunca me sentí abandonado».

Cardenal Pell estuvo en una celda solitaria, por cuestiones de seguridad. Él de hecho reconoce que había amenazas a su integridad. Al mismo tiempo, él niega que se haya sentido abandonado atrás de las rejas: «Recibí más de 4 mil cartas». Además, tuvo gran apoyo práctico. En seguida, reitera: «Yo nunca me sentí abandonado». Aclara además que aprovechó bien el tiempo en la prisión, a pesar de estar en un lugar «sombrío». Se quedaba sorprendido por percibir que ciertos presos «gruñían» de desesperación, como caballos.

Sobre el calumniador: «No tengo odio; siento pena de él»

Preguntado hasta qué punto se sentía furioso, respondió que no existe odio particularmente fuerte de su parte: «Yo no tengo odio en relación a mi acusador. Siento pena de él».

Histeria anti-Pell: ninguna de las 26 alegaciones sobrevivió

De acuerdo con Andrew Bolt, tres instituciones se equivocaron gravemente en el proceso: la red estatal ABC que llegó al punto de una «Histeria anti-Pell», así como la policía de Victoria (y su campaña de promoción de denuncias) y dos jueces de la Corte de Apelación que tomaron una decisión inexplicable. La policía creó una fuerza-tarea que incitaba acusaciones, con la presunción de que si él habría abusado de alguien, él habría abusado de otros también. En ese marco, varios pasaron a ir a los medios y entonces reclamar descaradamente. Al final, encontraron 9 demandantes y 26 supuestos crímenes contra el cardenal. Y concluye el entrevistador: «Ninguna de las alegaciones sobrevivieron, porque eran obviamente muy frágiles». Así, él pregunta al cardenal si él cree que se habría tratado de una persecución.

Él responde: «Eso no es una pregunta para mí. Nadie es juez en causa propia». Y el entrevistador insiste que parece una persecución por parte de la policía de Victoria, a lo que el cardenal responde: «Creo que el cargo cabe a ellos demonstrar, con base en las evidencias, que eso no es verdad».

Absurda denuncia llena de flagrantes contradicciones

Andrew Bolt además recuerda una de las absurdas denuncias: «Muchas de las acusaciones eran claramente un chiste, ridículas. Algunas lo implicaban a usted, supuestamente tomando a un niño de su casa, diversas veces para estuprarlo, sobre un altar, hasta incluso en público, en un cine, y supuestamente durante la presentación él habría gritado por tres minutos, mientras se sentaba a su izquierda y nadie aparentemente habría percibido el hecho. Lo que me sorprende es que la acusación de la policía continuó incluso cuando se descubrió que el niño no vivía en aquella casa en el año en que supuestamente habría ocurrido [el hecho], usted no trabajaba en aquella casa, la película a la que estaban asistiendo no estaba siendo exhibida en aquel año»…

George Pell confirma: «Es así mismo». Pues bien, Andrew Bolt entonces pregunta: «¿Usted no quedó sorprendido con la gran dejadez de la investigación por parte de la policía?»

Respuesta: «Quedé. Se trata de un caso clásico. […] Yo ni siquiera estaba en aquella región [cuando eso sucedió]».

Otra acusación fantasiosa: ningún testigo fue oído. Cardenal: «es ciertamente extraordinario».

El entrevistador además recuerda otra acusación fantasiosa de abuso sexual contra Pell: se habría dado con este revestido de todos los paramentos y después de la misa, acompañado por un padre a su lado y en presencia de más de 50 miembros del coro. El caso prosperó incluso sin haber escuchado siquiera un testigo y así mismo la policía aceptó la palabra del niño. Bolt todavía insiste: «¿No existía alguna agenda anti-católica en Victoria, en la Policía de Victoria y Corte de Apelación de Victoria?»

El cardenal responde sin querer incriminar a las instituciones, dejando claro, sin embargo, que no se trataba de algo normal: «Yo no sé cómo explicar, pero es ciertamente extraordinario». De modo indirecto, confirma que de hecho existía una persecución anticristiana: «Ciertamente, a las personas no le gustan los cristianos que enseñan el Cristianismo, especialmente el respeto de la vida, familia, y asuntos como esos. Ellos se enojan mucho con eso. Dejo eso a otras personas juzgar».

Primer Ministro de la Provincia toma partido

Pues bien el reportaje además refuerza que entre las 26 acusaciones contra el cardenal, ninguna sobrevivió al proceso, incluyendo acusaciones que no entrevistaron siquiera un testigo. La Corte de Apelación fue criticada por la Suprema Corte por no haber tomado medidas concretas relativas a la defensa, como se procede en cualquier estado democrático de derecho. Andrew Bolt también recuerda que el Primer Ministro de Victoria tomó posición abiertamente contra el cardenal y quien osaba visitarlo en la prisión, era luego vilipendiado por la prensa.

Pell: «Existe un intento sistemático de eliminar los fundamentos legales judaico-cristianos»

Para el Cardenal George Pell «es difícil entender los motivos [de esa campaña]. Y todas las evidencias factuales que el señor [Bolt] presentó son realmente verdaderas. Las guerras culturales son reales. Existe un intento sistemático de eliminar los fundamentos legales judaico-cristianos, como por ejemplo, el matrimonio, la vida, género, sexo… Y aquellos que se oponen a eso… Infelizmente existe menos discusión racional, y más juego humano, más abuso e intimidación. Y eso no es bueno para la democracia».

«Guerra cultural» contribuyó para su condena, así como la posición de la ABC: «traición del interés nacional»

Andrew Bolt: «Entonces ¿usted cree que fue una víctima de la guerra cultural?»

George Pell: «Yo creo que eso contribuyó».

El entrevistador cuestiona si el papel ejercido por la ABC preocuparía al cardenal.

Su respuesta es desafiante: «Sí, porque en parte es financiada por los impuestos de los católicos. Yo creo en la libertad de expresión. Yo reconozco el derecho de aquellos que son diferentes de aquello que pienso, pero existir una posición exagerada y solamente de un punto de vista en una televisión estatal… Yo creo que eso fue una traición al interés nacional».

Pell sobre el detractor: «me pregunto si él habría sido usado»

Bolt todavía indaga otro asunto delicado, a saber, si la supuesta víctima del crimen de pedofilia, del que era falsamente acusado el cardenal, tendría algún interés. O sea, «todo quedó basado en la acusación de apenas un acusador. ¿Qué usted piensa que lo movió a hacer eso?»

Pell: «Yo no sé. Yo no sé. Yo me pregunto si él habría sido usado». En otras palabras, el cardenal confirma la posibilidad de la supuesta víctima haber sido manipulada.

¿Venganza por parte de alguien del Vaticano?

El entrevistador todavía va más lejos. Pregunta además si tendría alguna relación con las actitudes del cardenal contra la corrupción en Roma, en la época en que era el «tesorero del Vaticano», a lo que respondió:

«La mayoría de las personas con más experiencia de Roma, y que eran de alguna forma simpáticas a las reformas (financieras), creen que existe una relación con el proceso que sufrió». Con todo, el Cardenal aclara que no tiene ninguna evidencia a ese respecto. También comenta que «hubo muchos artículos en torno de la época de Navidad que expusieron todo tipo de cosas, como compras desastrosas [i.e. inmobiliarias, por parte del Vaticano], como algunas en Londres. Y está demostrado que éramos tenazmente en oposición a esas cosas».

Pell: el Papa Francisco respeta mi honestidad

Todavía sobre la relación del Cardenal Pell con el Vaticano, Bolt lo indaga si se sintió apoyado por el Papa Francisco en todo este affaire.

El purpurado respondió que se sintió apoyado por Francisco, aunque afirme que sus posiciones teológicas no sean exactamente las mismas de él. Cree además que el Pontífice lo respeta por su honestidad.

Posición evasiva por parte de los obispos locales: «Es la vida»…

Cuanto al relativo apoyo de sus compañeros en el episcopado, comenta conformado: «Es la vida… Pero lo que es más sorprendente es que inclusive mis principales oponentes en Roma no creían en las historias [de abuso sexual]».

¿Venganza? ¿Cómo conducirá su vida?

Preguntado si habría alguna relación con la corrupción en Roma (Bolt habla de mafia), Pell respondió: «Lo que estábamos haciendo y diciendo en Roma fue masivamente sucedido».

Actualmente el cardenal espera ahora dedicarse a una vida recogida, escribiendo y leyendo. No pretende comentar asuntos internos de la Iglesia en Australia, prefiriendo analizar los asuntos internacionales. Comenta también que no se siente particularmente herido con todo lo que ocurrió, sino que comenta: «Una de las cosas que lamento es la idea de que no soy suficientemente simpático a las víctimas».

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¿Suicidio? «¡Soy cristiano!» ¿Miedo? «No, pues sabía que era inocente»

Andrew Bolt también preguntó: «¿Cómo usted no terminó por matarse?»

En ese punto (y único) de la entrevista, George Pell se toma de indignación: «¡Oh que basura! ¡Yo soy cristiano!»

El entrevistador admite que colocó la cuestión de modo muy grosero, reformulando: «¿Cómo usted sobrevivió al punto de decir que no está con miedo»?

La respuesta fue taxativa: «Porque yo sabía que era inocente. Y esa es una situación muy diferente de una persona que sabe que es culpable. Cuando se tiene una mente sana, no se piensa en el suicidio. Nunca entró en mi cabeza eso».

Ofrecer el sacrificio a Dios

Recordó además el principio cristiano de que se puede ofrecer el propio sufrimiento a Dios. Algo que le confortó fue el hecho de que «millares de personas estaban rezando por mí y yo seriamente creo que una razón por la cual llevé tan bien la adversidad fue la oración de todas esas personas».

Pell trasparece tranquilidad durante la entrevista

Ya en el comunicado de la noticia, Andrew Bolt comentó un dato que él juzgó importante: «Él [Cardenal Pell] parece más en paz que lo que nunca lo haya visto».

Por último, detalló que Pell le relató la historia de Job y la prueba infligida por Dios.

Conclusión

Como conclusión, el comentario de Andrew Bolt coloca el dedo en la llaga: «Y eso es una de las cosas que las personas en los medios modernos no entienden y por eso sí deberían temer. Y eso lo digo como un no cristiano. En realidad yo lo admiro por eso. Ahora, si él [Pell] nunca pecó, como puedo saber de eso respecto de cualquier persona… Con todo, en lo que se refiere a los crímenes por los que él fue acusado y preso, a ese respecto yo tengo certeza de la respuesta: él absolutamente no los cometió. La evidencia es conclusiva, y no importa si a usted le gusta o no le gusta él: él fue víctima de un chocante extravío de la justicia. La policía de Victoria y la ABC deben ser responsabilizados por eso. Y a los jueces de la Corte de Apelación, dejo su decisión a su consciencia».

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[1] https://www.youtube.com/watch?v=5gLgu3ZO2Y0
[2] En efecto, la decisión afirmaba la «significativa posibilidad de que una persona inocente haya sido condenada».
[3] Red de televisión estatal de Australia.
[4] ABC nego que se tratase de uma persecución editorial (https://www.abc.net.au/news/about/backstory/news-coverage/2020-04-11/why-the-abc-reporting-of-the-pell-case-was-not-a-witch-hunt/12137620). Andrew Bolt, en su respuesta, dice todo: «ABC niega que haya hecho cacería de bruas con relación a Pell. Entonces que pruebe […] ABC deberia estar avergonzada, humillada, arrepentida e implorando por arrepentimiento por su papel central no vilipendio, destrucción e aprisionamiento de un hombre inocente». https://www.heraldsun.com.au/blogs/andrew-bolt/abc-denies-pell-witchhunt-how-we-laughed/news-story/130e04313a00ac54789f07fea79d9f18

 

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