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Nueva York (Jueves, 23-04-2020, Gaudium Press) Dos profesores de leyes estadounidenses, Michael McConnell, Director del Centro de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la Universidad de Stanford, y Max Raskin, Profesor adjunto de Derecho en la Universidad de Nueva York, dedicaron un artículo de opinión en el periódico New York Times para alertar sobre la necesidad de fijar un límite a las restricciones a los eventos religiosos públicos en el país.
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| La imagen de los templos vacíos quedará en la memoria del año de la pandemia de coronavirus. Foto: Brian Jones. |
Si bien los académicos indicaron que » tenía sentido aplicar reglas de cierre radicales contra todas las reuniones públicas, sin excepciones» en las primeras semanas de la pandemia, pero que esa situación no puede prolongarse indefinidamente. «Actividades importantes, desde comprar en ferreterías hasta votar, se llevan a cabo con las garantías adecuadas contra la propagación de la enfermedad», por lo que se necesita llegar a acuerdos que permitan el libre ejercicio de la religión mientras se respetar ciertas normas de prevención del contagio.
«La Eucaristía no es un juego de fútbol», recordaron los profesores. «La adoración no puede refugiarse en un lugar indefinidamente». Esta opinión se sustenta en el ordenamiento legal del país que si bien no protege la libertad religiosa al nivel de considerarla una excepción a cualquier otra norma, si la reconoce como uno de los principales valores nacionales.
La restricción a la celebración pública de Eucaristías en Estados Unidos comenzó el 11 de marzo en la Arquidiócesis de Seattle, cuyo ejemplo fue rápidamente seguido por las diferentes diócesis del país, a pesar de haber sido descrito como una decisión extraordinariamente difícil para los prelados. La primera diócesis en anunciar el retorno a las celebraciones públicas fue la de Las Cruces en Nuevo México, el pasado 15 de abril. Sin embargo, dichas Eucaristías deben cumplir estrictas normas de seguridad y realizarse principalmente al aire libre para prevenir el contagio y garantizar la distancia mínima entre cada uno de los participantes.
Con información de National Catholic Register.
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