Asunción (Lunes, 23-11-2009, Gaudium Press) Monseñor Claudio Giménez, obispo de Caacupé, pidió a la feligresía pronunciarse a favor de la vida humana y nunca por la violencia, asaltos ni secuestros, «como estamos viviendo estos días en Paraguay». El prelado instó a construir la paz. Los devotos de la Virgen de los Milagros llenaron este domingo la explanada del santuario durante la tradicional misa matinal.
Dijo el obispo que «tenemos que producir verdad y amor en las relaciones cotidianas de la familia, en el trabajo, el campo, en el estudio y en todos los lugares que nos toque desempeñarnos».
Su mensaje más claro fue que «el reino de Dios presente en nosotros debe salir y buscar proyectarse a través de una vida santa, con una vida honesta, limpia, digna y solidaria con los demás». Agregó que «no vamos a poder construir paz si es que estos valores no existen en nuestra convivencia».
«Necesariamente siempre debemos estar a favor de la vida humana y nunca a favor de violencia, o asaltos, y de secuestros como estamos viviendo estos días en Paraguay», remarcó.
Cabe consignar que el mensaje pronunciado desde la basílica es en directa alusión a los secuestros que se suceden en el país, y en especial el caso del ganadero Fidel Zavala, quien lleva más de un mes de cautiverio, en manos de los autodenominados Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
En otro momento, mencionó que tampoco debemos estar a favor del aborto, pues es abominable matar a un ser humano indefenso e inocente y además resaltó que se debe promover todo aquello que produce y desarrolla la calidad de vida para todos los seres humanos; en particular para aquellos desfavorecidos en el Paraguay.
Además, señaló que la vida es el derecho fundamental del ser humano y que todos los otros derechos dependen de este derecho fundamental. «Si no se respeta la vida, de nada sirve estar gritando a favor de otros derechos porque al final no va a tener andamiaje pedir respeto hacia otros derechos», insistió.
Las palabras del obispo guardan relación con la ola de violencia que asola al país. Los hechos criminales están comúnmente presentes, y cada día involucran a familias y trabajadores de todos los sectores, sin que los organismos competentes muestren capacidad de reacción y de contención.
El clima de intranquilidad no se disipa, por lo que la jerarquía eclesiástica, una vez más, hace oír su voz, en vísperas de las celebraciones tradicionales de la Virgen de los Milagros.
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