Estambul (Martes, 01-12-2009, Gaudium Press) El Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, recibió en la mañana de ayer en Estambul, Turquía, a la delegación vaticana que estuvo en la ciudad para llevar un mensaje del Papa Benedicto XVI por ocasión de las celebraciones de la Fiesta de San Andrés, patrono del patriarcado ecuménico. Con informaciones de la Radio Vaticana.
«El camino rumbo a la plena comunión, vivida por nuestras Iglesias en el primer milenio, fue retomada con el diálogo del amor y la verdad, y continúa por gracia de Dios, a pesar de las ocasionales dificultades», afirmó el Patriarca.
Para Bartolomé I, la venida de los delegados del vaticano, entre ellos el presidente del Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, cardenal Walter Kasper, confirma el deseo de la Santa Sede de eliminar los impedimentos acumulados durante un milenio para, así, llegar a la plenitud.
«Para nosotros, es muy importante la presencia de ustedes, pues revela también, de modo muy formal, el deseo de la Santísima Iglesia de Roma de hacer todo lo posible para reencontrar nuestra unidad en la misma fe y la comunión sacramental, según la voluntad de aquel que nos llamó a la unidad para que el mundo crea», afirmó.
Al invocar el don de la humildad, Bartolomé I hizo referencia a aquellos que en el ámbito ortodoxo – en una minoría, según él – no ven con satisfacción el diálogo iniciado con la Iglesia Católica Apostólica Romana.
«La verdad no teme el diálogo, al contrario, la verdad usa el diálogo como un medio para tornar aceptable también a aquel que por varios motivos la rechaza».
El Patriarca, al final, invitó a esa minoría a dejar de lado «el odio y el fanatismo» que consolidan «las diferencias», responsable de cancelar «toda esperanza de reconciliación».
Mensaje del Papa
En su mensaje al patriarcado, Benedicto XVI dijo que a pesar de que la comunión plena aún no haya sido alcanzada, «muchos pasos fueron tomados que nos permitieron profundizar los lazos entre nosotros».
Benedicto XVI afirmó que la «creciente amistad y mutuo respeto» y la «voluntad de reconocer unos a otros como hermanos en Cristo» no deben ser perjudicados por «aquellos que permanecen vinculados al recuerdo de diferencias históricas», sino que deben, sí, «transformar todas las fallas humanas en oportunidades para el bien».
El comunicado enviado por el Pontífice resalta, también, que ambas Iglesias deben trabajar en conjunto al «servicio de la humanidad», especialmente en «defensa de la dignidad de la persona humana, en afirmar los valores éticos fundamentales, en la promoción de la justicia y la paz, y en respuesta al sufrimiento que continúa afligiendo al mundo, sobre todo el hambre, la pobreza, el analfabetismo y la distribución desigual de recursos».
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