Río de Janeiro (Miércoles, 16-12-2009, Gaudium Press) Dos de los principales símbolos navideños fueron inaugurados, en tamaño gigante, en la ciudad de Río de Janeiro. En el fuerte de Copacabana, un pesebre de 11 metros de altura, todo hecho de hierro y aluminio, recuerda el nacimiento de Jesucristo. La obra, hecha por la escultora Marly Crespo Azeredo, fue inaugurada el pasado 14 de diciembre por el arzobispo de Río de Janeiro, Mons. Orani João Tempesta.
En la Lagoa Rodrigo de Freitas, un árbol de 85 metros de altura -el equivalente a un edificio de 28 pisos- anuncia la llegada de una Navidad más. Patrocinado por la Bradesco Seguros y Previdência, el árbol de Navidad de la Lagoa ya está inscrito en el Libro Guiness de los Records como el mayor árbol fluctuante del mundo. «El verde del pino refuerza la necesidad de continuar buscando, siempre, aquello que es de lo alto», afirmó Mons. Orani João Tempesta.
Por iniciativa de la Asociación Cultural de la Arquidiócesis de Río, el pesebre gigante del Fuerte de Copacabana estará expuesto para el público hasta finales de enero. En total, nueve mil seiscientas lucecitas iluminarán las figuras de Jesús, José y María, y la Estrella de Belén. «El lugar es estratégico porque todos los que pasean por el borde de Copacabana, punto turístico de la ciudad, podrán ver componentes esenciales de esta fecha», dijo Mons. Orani.
Por su parte, el árbol de Navidad de la Lagoa Rodrigo de Freitas estará expuesto hasta el 6 de enero, cuando se conmemora la fiesta de los Reyes Magos. Hasta ese día, habrá presentaciones diarias de composiciones navideñas, como «Jingle Bells», «Adeste Fidelis» y «Noche Feliz», siempre a las 20:00, 21:00 y 21:50 horas. Creado por el artista plástico Abel Gomes, el espectáculo de luces y colores del árbol de Navidad incluye 150 guirnaldas luminosas y 2,9 millones de lucecitas. El tema de este año es «Árbol de Navidad: La Unión de Nuestros Mejores Deseos».
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