Río de Janeiro (Jueves, 17-12-2009, Gaudium Press) El arzobispo metropolitano de Río de Janeiro, Mons. Orani João Tempesta, escribió un mensaje especial para todos los lectores de Gaudium Press, enalteciendo la importancia de este «acontecimiento histórico impregnado de misterio»: la Navidad. «Nace un delicado niño plenamente humano, pero que, al mismo tiempo, es el Hijo unigénito del Padre. Es el Hijo no creado, pero eternamente generado, el Hijo consubstancial al Padre. ‘Dios de Dios, Luz de la Luz, Dios verdadero de Dios verdadero’. Es el Verbo, por Quien ‘todas las cosas fueron hechas'», escribe Mons. Orani, en su mensaje natalino.
Según Mons. Orani, «al profesar con toda la Iglesia nuestra fe, reconocemos, también nosotros, la gracia sorprendente que la misericordia del Señor nos concede». «Cuanto más se aproxima la celebración del Nacimiento de Jesucristo, tanto más la Misión Continental gana fuerza y convoca a cada cristiano bautizado a anunciar el Evangelio de Cristo. En estos días, ellos vuelven a visitar las casas que los acogen para reflexionar en conjunto, en familia, sobre la Palabra de Dios, dialogando acerca de los grandes temas de la fe y de la vida, y redescubriendo la alegría del encuentro con el Señor, el Verbo encarnado de Dios», afirma.
El arzobispo de Río destaca, en su mensaje de Navidad, la importancia de la Misión Continental. «La Misión Continental debe realizarse dentro del dinamismo de la pedagogía del encuentro que puede darse de persona a persona, de casa en casa, de comunidad en comunidad. Siendo que todo pastor – lo que vale también para cada cristiano bautizado – debe ser un reflejo del Buen Pastor. Es evidente que nuestra pastoral tiene que estar impregnada de encuentros, en la simplicidad, en la cordialidad, en la solicitud, en la escucha y en el servicio a los demás», prosigue Mons. Orani.
Algunos de los males que afligen a los cariocas, como la pobreza, el analfabetismo y el tráfico de drogas, no fueron olvidados en el mensaje de Navidad del arzobispo de Río: «La luz de Belén, que se dirige ‘a los hombres de buena voluntad’, nos compromete a combatir, en todas partes y en todas las circunstancias, la pobreza, la marginalización, el analfabetismo, la codicia, la corrupción, la desigualdad social, la vergüenza del tráfico de drogas, la violencia contra la vida en todos sus aspectos».
«Sin embargo, para cuantos pusieron la propia confianza y esperanza en Jesús, nacido en Belén para hacerse uno de nosotros, resonó precisamente en el corazón de la noche de Navidad, el mensaje del ángel: ‘No temáis, he aquí que vos anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: nació hoy para vosotros, en la ciudad de David, un Salvador’ (Lc 2, 10-11). El futuro se abre delante de nosotros, Dios anda por nuestros caminos!», subraya el arzobispo de Río.
Finalmente, Mons. Orani recuerda el coro de los Ángeles que, según el relato del Evangelio de San Lucas, entono en lo más alto de los cielos: «Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra a los hombres que El ama» (Lc 2,14). «Este cántico de alabanza que resonó, por encima del pobre establo de Belén, debe resonar hoy en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestra amada ciudad de Río de Janeiro y en cada rincón de la tierra. ¡Paz! Ese es mi voto de Navidad. Recemos para que la humanidad entera sepa reconocer en el Hijo de María, nacido en Belén, al Redentor del mundo, que trae el don del amor y de la Paz a cada uno de nosotros», concluye Mons. Orani.
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