Bogotá (Jueves, 31-12-2009, Gaudium Press) El mundo entero celebra hoy el final del 2009 y la inminente llegada de un nuevo año, fiesta en la que la gran mayoría evalúa lo acontecido y proyecta las metas del futuro.
En este marco, iglesias particulares de México, Argentina y Bolivia, en voz de sus pastores, Monseñor Roberto Octavio Balmori Cinta, Obispo de Ciudad de Valles en México, monseñor Luis Guillermo Eichhorn, Obispo de Morón Argentina, y el padre Eugenio Scarpellini, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana, envían también un mensaje de reflexión, acompañado de los mejores deseos para la comunidad en el nuevo año.
«Año para evangelizar y dar testimonio de Jesús», dijo Monseñor Balmori
Para el Obispo de Ciudad de Valles, «en este nuevo año que Dios nos concede iniciar se vislumbran nuevas oportunidades para crecer como personas y poner nuestras capacidades al servicio de los demás. Será un año de bendiciones y gracias para toda la Diócesis, de reconciliación con Dios y con los hermanos, año para evangelizar y dar testimonio de Jesús, y así, llevar su Reino a cada corazón, a cada familia y comunidad, y a toda nuestra sociedad, tan necesitada de Dios; año para estrechar las manos y unir los brazos solidarios en la construcción de la paz».
También, y haciendo referencia a la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, el prelado invita a los fieles a ser parte de la construcción de paz, pensando siempre en el cuidado de la naturaleza, teniendo en cuenta el mensaje enviado por el Santo Padre Benedicto XVI, quien propuso como lema, de tan importante ocasión, «Si quieres promover la paz, protege la creación».
«Si en el Credo afirmamos: «Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra», quiere decir que, desde nuestra fe, valoramos la creación como un don de Dios a la humanidad, y así comprendemos la vocación y el valor del hombre.
Todos debemos trabajar por conservar la naturaleza y promover el cuidado de nuestros mares, de nuestros ríos, de nuestros bosques, de nuestros campos. ¿Cómo permanecer indiferentes ante los problemas que se derivan de fenómenos como el cambio climático, el deterioro y la pérdida de productividad de amplias zonas agrícolas, la contaminación de los ríos, la deforestación e incendios de bosques?», agregó el prelado.
Finalmente, Monseñor envía su bendición y saludos. «Que el Señor nos conceda ser promotores de paz, en el respeto a la naturaleza, obra de Dios, y en el respeto al ser humano, imagen de Dios. ¡Feliz Año Nuevo!», finalizó.
«Yo doy gracias a Dios cada vez que los recuerdo», expresó monseñor Eichhorn
El Obispo de Morón Argentina, en su mensaje publicado en AICA, da inicio diciendo, «siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes, pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora».
De este modo, el prelado da gracias a Dios por cada uno de sus fieles especialmente, por la colaboración que día a día prestan a la Iglesia.
«Finalizar el año es mirar todo lo que vivimos y ver la presencia de Dios Padre, de corazón tierno y lleno de misericordia, que con su Gracia nos ha acompañado y ha llevado adelante su obra; me siento identificado con lo que dice Pablo: «Yo doy gracias a Dios cada vez que los recuerdo…(v. 3)», agregó Monseñor.
También recuerda, que el próximo año se vivirá en su comunidad el 1° Encuentro Diocesano. «El COMIDI deberá ser el acontecimiento, el Pentecostés de nuestra Iglesia diocesana, que dé comienzo a una profunda renovación espiritual y pastoral, personal y comunitaria», afirma.
Finalmente, Monseñor pone en manos de la Madre de Dios el nuevo año que se avecina. «Que el Señor nos dé un año lleno de Gracia y de Amor. María Santísima, la Purísima Concepción del Buen Viaje, nos acompañe e interceda por nosotros, que nos confiamos a su amor de Madre».
«Mirar con ojos llenos de esperanza», dijo Monseñor Scarpellini
En un corto pero sentido mensaje, Monseñor Scarpellini, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana, manifiesta sus mejores deseos.
«Un sentimiento de paz, un sentimiento de serenidad para todo el país, para todas las familias, a todas las personas que están con dificultades (…) El deseo que quiero enviar a todos es que el Dios que encontramos realmente en nuestro corazón, es un Dios que nos permite construir entre nosotros la fraternidad, la solidaridad que nos permite superar las divisiones y mirar adelante con ojos llenos de esperanza, porque el Dios que nos trae una buena nueva al mismo tiempo nos da la gracia y la fuerza para que seamos cooperadores, constructores de esta buena nueva en nuestra realidad».
Gaudium Press / Nathali J. Rátiva M.
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