Concepción (Lunes, 04-01-2009, Gaudium Press) El día 31 de diciembre, los fieles del Arzobispado de Concepción despidieron el año 2009 celebrando junto a sus pastores la Santa Misa en acción de gracias a Dios. La eucaristía y posterior hora santa, se efectuaron por la tarde en la Catedral de la ciudad y fueron encabezadas por monseñor Ricardo Ezzati.
En la oportunidad, el prelado saludó y agradeció a los fieles por su asistencia, ya que eligieron dedicar un momento a Dios para dar gracias por las bendiciones recibidas en el año que culmina, en medio del ajetreo y los preparativos de la noche de Año Nuevo.
En su homilía, monseñor Ezzati explicó a los presentes que desde hace varios años la Iglesia dedica el primer día del año a la contemplación de la maternidad divina de la Virgen María y al tema de la Paz. En su reflexión expuso aspectos centrales del mensaje del Santo Padre, Benedicto XVI con motivo de la Jornada Mundial por la Paz. «Este año también el Papa ha dirigido a la Iglesia y al mundo, su mensaje con el lema ‘Si quieres promover la paz, protege la creación’ «, indicó.
Más adelante el pastor de Concepción meditó sobre el escenario político de cara a las próximas elecciones, señalando que el gobierno y el poder son herramientas al servicio de los hermanos.
«Cómo cambiaría el desarrollo político, por ejemplo, si quienes gobiernan y quienes aspiran a gobernar pudieran poner en práctica la realidad del desarrollo que hace del gobierno y del poder un servicio para el crecimiento de los hermanos. Pensemos lo que significa el desarrollo espiritual, la sed de espiritualidad que la gente tiene (…) si el desarrollo no es auténtico y no es real se volverá en contra del hombre», afirmó.
Asimismo agregó que «el desarrollo integral debe dar paso a lo que es el desarrollo interior de las personas y hoy, sentí un llamado muy fuerte frente a lo que ha sido esta experiencia de haber sido sindicado como una de las autoridades que tiene un significado en la región. Creo que eso indica sed de espiritualidad; el obispo no tiene ningún poder político y ningún poder económico, pero sí tiene un don que regalarle a la gente que es el don del Evangelio, el don de la gracia del Señor y eso forma parte del cultivo de la interioridad y de la espiritualidad».
Al finalizar, después del momento de acción de gracias, Monseñor Ezzati manifestó sus mejores deseos y sentimientos de paz para todos. Tras despedir de mano a cada uno de los asistentes, expresó a los medios de comunicación, «mi deseo también es que las autoridades, que serán elegidas en nuestro país, tengan presente el bien integral de todas las personas y de todo Chile».
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