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Assis (Viernes, 08-01-2010, Gaudium Press) La Iglesia Católica, por medio de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB), se posicionó contraria a algunos puntos del decreto llamado Plan Nacional de Derechos Humanos (PNDH-3), aprobado por el presidente Luíis Inácio Lula da Silva el día 21 de diciembre del año pasado.
Entre los puntos objetados están la descriminalización del aborto, la prohibición de ostentar símbolos religiosos en establecimientos públicos, la unión civil entre personas del mismo sexo y el derecho de adopción por parejas homosexuales.
De acuerdo con el responsable del Comité de Defensa de la Vida de la Regional Sur 1 (San Pablo) de la CNBB, Mons. José Benedito Simão, la Iglesia se mantiene firme en la defensa de la vida y se posiciona en sentido contrario a estos puntos del decreto.
«La Iglesia se mantiene contraria a estos puntos y sigue en defensa de la vida en su totalidad y en sus principios de fe», aseguró.
Para Mons. Simão, que también es obispo de la diócesis de Assis, en San Pablo, temas como la descriminalización del aborto, por ejemplo, abren las puertas para otros tipos de prácticas que pueden atentar contra la vida humana.
«Aborto es un crimen, una agresión a la persona humana. Si el gobierno despenaliza, abre brechas para otras prácticas como ésta», observó.
Así, según Mons. Simão, temas como este deben ser discutidos en la «amplitud democrática y no de manera arbitraria y antidemocrática como lo hizo el gobierno».
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