Ciudad del Vaticano (Miércoles, 13-01-2010, Gaudium Press) La «caridad intelectual es una invitación a los fieles modernos a estar presentes en los lugares de elaboración del saber, para proponer, con respeto y convicción, la luz del Evangelio en cuestiones fundamentales, que interesan al hombre, su dignidad y su destino eterno», afirmó Benedicto XVI en la primera audiencia general del año, que continuó el ciclo sobre la cultura cristiana en la Edad Media, y tuvo como tema las dos grandes órdenes mendicantes de la época: los franciscanos y los dominicanos.
«Estas órdenes religiosas, queriendo vivir la pobreza evangélica, recurrían a la ayuda de los fieles para poder mantenerse, por eso eran denominadas mendicantes», explicó el Pontífice. De acuerdo con el Santo Padre, sus respectivos fundadores, San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán, demostraron tener gran capacidad para leer con inteligencia las «señales de los tiempos», intuyendo los desafíos que la Iglesia de aquella época debería enfrentar, como el aparecimiento de grupos radicales que se alejaban de la verdadera doctrina cristiana, el aumento de las poblaciones urbanas sedientas de una intensa vida espiritual, y la transformación cultural que irrumpió a partir de las universidades.
Según el Papa, en la época moderna, estas órdenes mendicantes son ejemplos de cómo superar el «tener» con el «ser» y de cómo sensibilizar a las personas con relación a los más necesitados. Otra importante contribución de las órdenes mendicantes es la ejercida en el ámbito intelectual, en el campo académico. «Hoy también hay una caridad de la verdad y en la verdad, una caridad intelectual a ser ejercitada, para iluminar las inteligencias y conjugar la fe con la cultura», concluyó.
En la primera audiencia general de 2010, estuvieron presentes, en la sala Pablo VI, más de 8 mil fieles, entre los cuales peregrinos individuales del Brasil, un grupo de la Escuela Italiana de Montevideo, Uruguay y un grupo de 80 colaboradores del movimiento apostólico Regnum Christi.
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