Washington (Viernes, 15-01-2009, Gaudium Press) Sintomática parece ser la experiencia de Christian Campbell, Guardián de la anglicana catedral de la Encarnación en Orlando, EE. UU., y miembro del Comité permanente de la Diócesis del Este de la Iglesia Anglicana en América, la provincia norteamericana de la Comunión Tradicional Anglicana. Esta Comunión -cuyos integrantes son alrededor de 400.000 en el mundo entero- desarrollará en los próximos meses sínodos en los que se da por descontada la aceptación masiva del ofrecimiento del Papa Benedicto XVI, para una comunión plena con la Iglesia católica.
«La cuestión no es si nosotros deseamos o no hacer uso del ofrecimiento, teniendo en vista que él es una directa y generosa respuesta a nuestro apelo a la Santa Sede. La cuestión ahora es como la Constitución Apostólica [n. d. R.: Anglicanorum Coetibus , que crea una estructura canónica especial para los Anglicanos que deseen la plena comunión con Roma] será implementada.
Tenemos preocupaciones prácticas y actualmente trabajamos con la Congregación para la Doctrina de la Fe para resolver algunas cuestiones pendientes» afirmó Campbell, en declaraciones recogidas por el National Catholic Register.
Entretanto, conexo con ese movimiento hacia la unidad, se están dando algunos hechos paralelos un tanto imprevistos.
«Estamos comenzando a ver tremendas oleadas de interés en Anglicanorum Coetibus de individuos de diversos orígenes», declara Campbell. A la par de ex-anglicanos anteriormente convertidos a la Iglesia, o católicos ‘de siempre’ que buscan una expresión litúrgica más tradicional que la existente en sus parroquias, Campbell se sorprende con los muchos «protestantes y cristianos evangélicos [que] ven en la Constitución Apostólica una oportunidad para establecer relaciones con la Iglesia católica».
«Durante el mes pasado, he sido contactado por varias personas que cada día me preguntan cómo pueden unirse a un grupo anglicano para realizar ello. Esto puede ser una oportunidad para reconciliar no sólo un tipo peculiar de anglo-católicos, sino un medio de curación de las heridas más grandes de la Reforma protestante» afirmó Campbell en el blog que modera, ‘The Anglo-Catholic’.
Ideas similares expresa el Padre Dwight Longenecker, capellán en la escuela católica San José en Greenville, Carolina del Sur. En su experiencia pastoral el padre Longenecker ha evidenciado la situación de protestantes que en su búsqueda espiritual arriban primero a la Iglesia episcopaliana, o a la Ortodoxa rusa, sin encontrar la identidad anhelada, y que arribando a la Iglesia católica, la ‘cultura’ que le es característica (iconografía, liturgia propia, devociones particulares, etc.) puede serles extraña en un primer momento. Allí es «donde el Nuevo ordinariato Anglicano – establecido por el Papa Benedicto XVI en otoño pasado- pueda bien proveer un puente a Roma no solo para Anglo-católicos sino también para un rango amplio de Protestantes», afirma el sacerdote.
De cualquier manera, los hechos evidencian que la actitud de la Santa Sede de apertura hacia los anglicanos aún está por rendir todos sus frutos. Y que en sus resultados, de forma tal vez discreta pero visible, siempre podremos ver la mano de la Providencia, que todo lo guía para su mayor gloria y bien de las almas.
Gaudium Press / S. C.
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