Cochabamba (Martes, 19-01-2010, Gaudium Press) La «misión permanente» en la Iglesia católica evidencia la solidaridad, caridad, evangelización y entrega no solo de los sacerdotes y religiosos, sino también de los laicos comprometidos, quienes siguiendo el ejemplo de Jesucristo se convierten en discípulos, misioneros y constructores de Iglesia en el hogar, en el barrio, en el trabajo, etc.
«Es el mismo papa Benedicto XVI quien nos ha invitado a ′una misión evangelizadora que convoque a todas las fuerzas vivas de este inmenso rebaño′ que es pueblo de Dios en América Latina y el Caribe: ′sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que se prodigan, muchas veces con inmensas dificultades, para la difusión de la verdad evangélica′ (…) ′en este esfuerzo evangelizador -prosigue el Santo Padre-, la comunidad eclesial se destaca por las iniciativas pastorales, al enviar, sobre todo entre las casas de las periferias urbanas y del interior, sus misioneros, laicos o religiosos, buscando dialogar con todos en espíritu de comprensión y de delicada caridad′. Esa misión evangelizadora abraza con el amor de Dios y especialmente a los pobres y los que sufren», expresa el documento de Aparecida (2007).
En la Iglesia de Bolivia -y bajo el lema «Discípulo misionero: escucha, aprende y anuncia» se lleva a cabo la Misión Permanente- la cual tiene como gran objetivo «en fidelidad y obediencia al Espíritu Santo, animar y acompañar a cada bautizado y comunidad a tomar con alegría, entusiasmo y fascinación su encuentro con Jesucristo vivo para que, en su proceso de conversión personal y eclesial, viva, desde la comunidad, como discípulo misionero al servicio del Reino de la Vida.»
El Arzobispo de Cochabamba, monseñor Tito Solari C, en su mensaje a través de «la Voz del Pastor» (mensaje semanal oral del mitrado, difundido a través de la página web de la Arquidiócesis) manifestó la gran importancia de esta misión para el año 2010, convirtiéndose en un compromiso fundamental de la Iglesia boliviana.
«No hay duda que el compromiso más importante del 2010 será el lanzamiento de la Misión Permanente y el empeño de ir adquiriendo el espíritu misionero (…) en el contexto de un país en pleno proceso de cambio, nosotros los cristianos debemos buscar el rostro de Jesús y convertimos al Evangelio. Esto quiere decir tener conciencia de que Jesús vive con nosotros, nos acompaña constantemente y que nosotros somos portadores de su misterio de amor y de vida en nuestra sociedad», expresó Monseñor.
También, el prelado manifestó que una prioridad será la atención especial a los jóvenes quienes en medio de su desarrollo y crecimiento se enfrentan a diario a los constantes cambio del mundo moderno.
«Ellos (los jóvenes) son la razón de nuestra vida y son los que mayormente sufren los desafíos del mundo en que vivimos. Un espíritu atento a su caminar, un ánimo abierto al diálogo con ellos, una actitud de comprensión de sus anhelos y búsquedas, acompañados por la oración constante, harán que los jóvenes se sientan amados y se abran a la confianza con nosotros», agregó el Arzobispo.
Muestra de este gran interés de la Iglesia boliviana por los jóvenes, además de los niños y niñas, es la reciente realización del primer Congreso de la Infancia y Adolescencia Misionera, que tuvo lugar en la Prelatura de Aiquile, evento que reunió alrededor de 350 misioneros de todas las diócesis de Bolivia.
Durante el Congreso los niños, niñas y adolescentes tuvieron la posibilidad de reflexionar en torno a su papel como misioneros dentro de la Iglesia católica y la Misión Permanente.
Gaudium Press / Nathali J. Rátiva M.
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