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Itaici (Lunes, 08-02-2010, Gaudium Press) El Cardenal Arzobispo de la Arquidiócesis de San Pablo, Mons. Odilo Pedro Scherer, señaló ayer en su última conferencia en el 13º Encuentro Nacional de Presbíteros (ENP), realizado en Itaici, San Pablo, Brasil, que el «padre, como ministro de la palabra, debe impregnarse de la palabra de Dios para anunciarlo a los otros».
Para Mons. Odilo, el 13º ENP es una buena ocasión para una reflexión sobre la identidad del sacerdocio católico que se expresa en el servicio a la Iglesia y la humanidad.
«De hecho, nuestro servicio a Dios que habló, habla y continúa hablando a los hombres, es parte esencial del ministerio ordenado que recibimos como gracia de Dios y como misión para la edificación de Su pueblo», resaltó.
Para Mons. Odilo, hay muchas maneras en las que el sacerdote puede ejercer su ministerio, como por ejemplo, en la homilía litúrgica, la enseñanza de la doctrina de la fe, la formación cristiana de los fieles, la catequesis, la promoción de la lectura y el estudio de la Sagrada Escritura.
«El estímulo para que los fieles aprendan un método adecuado de lectura bíblica se cernía siempre más a la Santa Palabra, de manera que ella se torne, de hecho, luz para su vida, camino para sus pasos, horizonte para vivir y en el cual orientar y realizar todas las acciones y decisiones», profundizó el prelado.
La catequesis
El Arzobispo de San Pablo resaltó, también, que los sacerdotes necesitan preocuparse de la «escasa instrucción religiosa del pueblo», y del «desconocimiento de las verdades básicas de la fe», como se expone en el Catecismo.
Entre los caminos para la superación de este límite, está la promoción de la «lectura orante de la Escritura en las familias, comunidades y parroquias».
«La catequesis, ¿cómo está en las parroquias? Somos nosotros los primeros responsables por la catequesis. ¿Tenemos conocimiento y acompañamos personalmente aquello que pasa en la catequesis? ¿Tenemos otras iniciativas de formación de la fe del pueblo, además de la homilía?», cuestionó.
El prelado destacó también la homilía dominical como «importantísima» para la formación de los fieles, pero resaltó que ésta no puede ser la única oportunidad ofrecida a ellos. El Cardenal afirmó, igualmente, que hay mucho por hacer para «ayudar a nuestro pueblo católico a tener una consciencia más clara de la propia identidad eclesial y católica».
«Además, serán útiles momentos especiales de predicación al pueblo. Nuestras iglesias podrían tener más actividades formativas, aún por la noche, pues durante el día las personas trabajan», afirmó.
Al final, Mons. Odilo destacó que esto es parte de la «conversión pastoral y misionera», una conversión de métodos, adecuándolos al ritmo de vida del pueblo.
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