Bogotá (Lunes, 08-02-2010, Gaudium Press) La versión semanal de l’Osservatore Romano en español, trae en su última edición dos artículos referentes a la investigación histórica sobre la relación de Pío XII con los judíos. Recordemos que Pío XII gobernó la Iglesia de marzo de 1939 hasta su deceso en octubre de 1958, periodo que cubre el tiempo de la II guerra mundial.
L’Osservatore Romano -además de tratar sobre una audiencia confidencial, reportada en 1964 por el entonces rector de la universidad gregoriana, P. Paolo Dezza- reproduce textos de un artículo de autoría de Dimitri Cavalli, especialista en Pío XII y colaborador del New York Times y del Wall Street Journal, que había sido publicado en la sección digital del diario judío Haaretz del 24 de enero pasado.
Mit brennender sorge
En la nota Cavalli recuerda la participación sustancial del entonces Cardenal secretario de Estado en la elaboración de la encíclica ‘Mit brennender sorge’ (Con viva preocupación), publicada dos años antes del estallido de la guerra en 1939, «que condenaba las doctrinas nazis y la persecución de la Iglesia Católica». El futuro Pío XII redactó el borrador. En un momento en que el régimen nazista ya controlaba la casi totalidad de los medios informativos, la lectura de la encíclica en todas las parroquias alemanas el 21 de marzo de ese año fue uno de los golpes ideológicos más contundentes recibidos por el régimen.
«Aunque muchos críticos del Vaticano desestimen la Encíclica como un ‘leve tirón de orejas’, los alemanes la vieron como una amenaza a la seguridad. Por ejemplo, el 26 de marzo de 1937, Hans Dieckhoff, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, escribió que ‘la encíclica contiene ataque de los más severos hacia el Gobierno alemán, hace un llamamiento a los ciudadanos católicos a rebelarse contra la autoridad del Estado, y significa, por consiguiente, un intento de poner en peligro la paz interna’ «, declara Cavalli en su nota, señalando que Francia e Inglaterra hicieron caso omiso del documento, que constituía una advertencia de que no debían confiar en Hitler.
Recuerda Cavalli que la ascensión del Cardenal Pacelli al solio pontificio no fue en absoluto del agrado del régimen nazista: «El 4 de marzo [de 1939], Joseph Goebbels, el ministro de propaganda alemán, escribió en su diario: ‘Mediodía con el Führer. Se está estudiando si hay que derogar el Concordato con Roma a la luz de la elección de Pacelli como Papa.’ «
A diferencia de muchos críticos actuales, los nazis bien comprendían
En un tono de suave ironía, el escritor afirma que lo que no captan los actuales críticos de Pío XII bien lo comprendían los nazis: «Durante la guerra, el Papa estuvo lejos de ser silencioso: En numerosos discursos y encíclicas, él defendió los derechos humanos para todas las personas y llamó a las naciones beligerantes a respetar los derechos de todos los civiles y prisioneros de guerra. A diferencia de muchos de sus detractores de última hora, los nazis le entendían muy bien. Después de estudiar el Mensaje de Navidad de Pío XII de 1942, la Oficina Central de Seguridad del Reich llegó a la conclusión: ‘De una manera nunca antes conocida que el Papa ha repudiado el Nuevo Orden Europeo Nacional Socialista … Aquí está prácticamente acusando al pueblo alemán de injusticia hacia los Judios y se hace a sí mismo el portavoz de los criminales de guerra judíos’ «.
Cavalli dice que ese importante informe del Reich nazi no se encontrará en el conjunto de libros que critican a Pío XII. Abundando en más ejemplos sobre la posición del Papa Pacelli frente al nazismo, el escritor narra que a principios de 1940, el Pío XII actuó como intermediario entre un grupo de generales alemanes que querían derrocar a Hitler y el gobierno británico. Asimismo cuenta las muchas intervenciones realizadas por el servicio diplomático de la Santa Sede a favor de los judíos en los países bajo el dominio nazi o del Eje.
«Hasta la muerte de Pío XII en 1958, muchas organizaciones judías, periódicos y dirigentes elogiaron sus esfuerzos. Para citar uno de muchos ejemplos, en su carta al nuncio papal en España del 7 de abril 1944, Alexander Shafran, Gran Rabino de Bucarest, escribió: ‘No es fácil para nosotros encontrar las palabras adecuadas para expresar el calor y consuelo que hemos experimentado debido a la preocupación del Sumo Pontífice, quien ofreció una gran suma para aliviar los sufrimientos de los judíos deportados Judios … Los Judios de Rumania nunca olvidarán estos hechos de importancia histórica’ «, expresa.
Concluye Cavalli afirmando que la campaña contra Pío XII está destinada al fracaso, y que solo en un mundo revuelto como el nuestro se entiende que «el hombre que hizo más que ningún otro líder de tiempos de guerra por ayudar a los judíos y otras víctimas de los nazis, reciba la mayor condena».
Gaudium Press / Saúl Castiblanco
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