Bogotá (Viernes, 26-02-2010, Gaudium Press) «La Pascua, que es morir y resucitar con Cristo, está en el horizonte como meta de nuestra existencia y de cada Cuaresma», así da inicio a su mensaje Mons. Fabio Suescún Mutis, Obispo Castrense de Colombia, que con motivo de la Cuaresma escribió para los colombianos y para que los Capellanes «lean en todas las misas de uno de los domingos de Cuaresma», dio a conocer la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) en un comunicado.
En el mensaje, Mons. Suescún Mutis, hace una comparación de «el camino de la Cuaresma» con las maratones que, en ocasiones, se realizan en las grandes ciudades, allí «muchas personas de todas las edades caminan o corren para ser solidarias y ayudar a una causa noble», expresa.
Dice además, que para comenzar la carrera y alcanzar la meta -que en este caso es la Pascua- «se hace necesario un calentamiento muscular y se dan las instrucciones para el recorrido, de tal manera que todos puedan llegar con satisfacción a la meta».
El Obispo Castrense de Colombia explica que la ceniza -signo que se pone en la frente el Miércoles de Ceniza- congrega a «quienes quieren hacer el camino anual de cuarenta días (…), recuerda la condición mortal del ser humano que «es polvo y al polvo a de volver»», y confirma la condición de «criaturas pecadoras que necesitan de la gracia divina del perdón y de la conversión».
También, afirma que, para llegar a esa meta, es necesario «seguir las instrucciones y las orientaciones de la vía», las cuales las da precisamente la Iglesia, quien, en este tiempo, invita a vivir una actitud fundamental: «querer volver a Dios porque sin Él, el vacío existencial es imposible de llenar».
Mons. Suescún Mutis, igualmente, señala que esas orientaciones se quedan en el camino por causa de «la comodidad, el conformismo y la pereza», y que si una vida espiritual no se renueva, ésta «se ve privada de la novedad que Dios ofrece continuamente y que es causa de alegría, entusiasmo y de ganas de vivir».
Del mismo modo, habla sobre la importancia de meditar y de contemplar la Palabra de Vida y de la oración constante para «sentir la cercanía del Dios amor». Expresó, a su vez, que para poder continuar el camino de la Cuaresma, es necesario mantenerse en la escucha de Dios «que nos anima y nos da las recomendaciones para seguir adelante».
«Tenemos que recordar constantemente que el amor es la identidad de los que son discípulos y misioneros del Señor Jesús. El amor nos lleva a compartir con los otros la carrera de la vida y es ayuda a los rezagados, que han perdido el aliento o que se han accidentado», añadió.
Al concluir su mensaje, el Obispo Castrense de Colombia, hizo una invitación a practicar las obras de misericordia, «de acuerdo con las circunstancias del mundo actual», a realizar sacrificios, porque «sin sacrificio no hay triunfo», y a poner en práctica la disciplina de quienes hacen ejercicio y dieta, por salud o por imagen, para la salud espiritual.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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