Mons. Javier Echeverría, prelado del Opus Dei |
Bogotá (Martes, 02-03-2010, Gaudium Press) «El 14 de febrero de 1930, celebraba yo la misa en la capilla de la vieja marquesa de Onteiro, madre de Luz Casanova, a la que yo atendía espiritualmente, mientras era Capellán del Patronato. Dentro de la Misa, inmediatamente después de la Comunión, ¡toda la Obra femenina! No puedo decir que vi, pero que sí, intelectualmente, con detalle, cogí lo que había de ser la Sección femenina del Opus Dei», señalaba el sacerdote Josemaría Escrivá de Balaguer, Fundador de esta Prelatura, en sus Apuntes íntimos cuando narró cómo fue que Dios lo invitó a que la mujer llevara también el mensaje de la santificación en el trabajo profesional y en todas las circunstancias de la vida ordinaria, que es el espíritu del Opus Dei.
Para la época, incluir a la mujer dentro de la Obra que Dios llamó fundar al hoy San Josemaría, representó un gran desafío, tal como lo dio a entender el Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, en la carta pastoral que escribió el pasado mes de febrero con motivo de la celebración: «Hoy en día se reconocen a las mujeres (…), pero ochenta años atrás no sucedía así. Entonces era poco frecuente, por ejemplo, que cursaran estudios universitarios o que trabajaran fuera del hogar (…), y más raro aún que ocuparan puestos de responsabilidad civil, social o académica».
Años más tarde, como recuerda el mismo Mons. Echevarría, el Concilio Vaticano II, reconocería también el valor del llamado que tiene la mujer dentro de la evangelización: «Ha llegado la hora en que la vocación de la mujer cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzado hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga».
Pero, como dice el mismo Prelado del Opus Dei, «¡queda tanto por hacer!», ya que «si en muchos ambientes ya se conoce ampliamente la dignidad y el papel de la mujer, en otros sitios resulta una posibilidad lejana».
Año Mariano para el Opus Dei
Para conmemorar estos 80 años de la participación femenina dentro del Opus Dei, Mons. Echevarría ha convocado a todos los miembros de la Obra -además de las personas que quieran unirse en oración-, y como agradecimiento, a un Año Mariano, que se inició el pasado 14 de febrero y culminará en febrero de 2011.
«A lo largo de estos meses, nos esforzaremos por honrar más y mejor a nuestra Madre, sobre todo cuidando con esmero el rezo y contemplación del Santo Rosario, difundiendo esta devoción en nuestras familias y nuestros amigos», agregó el Prelado del Opus Dei.
Mons. Echevarría, además, instó a orar por los sacerdotes durante los primeros meses de este Año Mariano, que coinciden con el Año Sacerdotal convocado por el Papa Benedicto XVI, y que culmina en julio de este año. «En el transcurso de este tiempo, he insistido en que, al pedir por los sacerdotes, hemos de rezar también para que todos los fieles seamos más conscientes de nuestra alma sacerdotal», añadió.
La celebración en Colombia
El pasado 14 de febrero la Sección femenina del Opus Dei, conmemoró sus 80 años con una celebración eucarística en cada uno de los Centros de Colombia, y una solemne Eucaristía en la Catedral Primada de Bogotá. En la ocasión se dio a conocer la carta que Mons. Echevarría escribío para todos los centros del Opus Dei en el mundo, convocando al Año Mariano.
Sobre la celebración, Pilar Karina Ruiz, comunicadora y madre de familia, quien hace parte del Opus Dei en Colombia, señaló que «se siente una gran felicidad de que exista este camino. La vocación a santificarse en el trabajo y llevar a Dios a la cumbre de todas las actividades humanas. Todos los trabajos, empezando por la maternidad y claro está tu profesión, en mi caso la comunicación social».
«En la Obra encontramos personas que vibramos, luchamos en el mismo esfuerzo y es muy hermoso. Es valiosísimo que la sociedad esté ganando con la participación de la mujer en tan variados y numerosos espacios, pero esto no puede significar que quien pierda sea la familia, es incoherente, y muy peligroso, para el futuro de la humanidad. Y ese mensaje se vive y se reflexiona mucho en la Obra», agregó
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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