Santiago (Sábado, 06-03-2010, Gaudium Press) El Presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic, y el Secretario General, monseñor Santiago Silva, dieron a conocer el jueves 4 un mensaje dirigido a las comunidades católicas del país. «En Ti Señor Hemos Puesto Nuestra Fe, mensaje a las comunidades católicas en Chile», es el título de la nota con que los obispos invitan a levantar el ánimo y a trabajar unidos como pueblo en la reconstrucción de las zonas afectadas.
En primer lugar, los obispos agradecen y valoran la disposición de las autoridades, servidores públicos y voluntarios anónimos, quienes en medio de circunstancias adversas se están entregando por entero para ir en auxilio de los damnificados por el terremoto. También recalcan la ayuda de «muchos consagrados y agentes pastorales que acompañan a las personas en su dolor con una palabra de consuelo y con la necesaria organización de las redes de ayuda a través de Cáritas».
Los pastores invitan con fuerza a «levantar el ánimo, recuperar las confianzas y trabajar unidos como pueblo», y agregan: «Además de reconstruir edificaciones y caminos, debemos purificar el alma que se fisura por el miedo, la violencia y el descontrol. Es tiempo de tender los puentes más seguros: aquellos que nos permiten reconocernos y abrazarnos como hermanos».
Más adelante, calificaron de dolorosas e incomprensibles las imágenes de saqueo, pillaje y especulación que se produjeron con posterioridad al sismo, y señalan que estas actitudes nos invitan a reflexionar sobre la solidez de nuestros valores y formación.
Pero frente a éstas escenas, los obispos destacan la preocupación y solidaridad que ha brotado de parte de muchas personas hacia sus familiares y seres queridos afectados. «Pero, al mismo tiempo, por estos días muchas personas se han preguntado: `¿Cómo estás?´, y se han preocupado por otros. Las pérdidas materiales, relevantes en otro contexto, parecen hoy un aspecto secundario cuando todo un país se duele junto a familias que sufren, que todo lo han perdido y que necesitan por parte nuestra una luz de esperanza», indicaron.
Frente a situaciones tan catastróficas, los pastores son enfáticos en confirmar su fe en un Dios que no quiere para sus hijos ni la muerte, ni la destrucción. «Creemos en un Padre que no castiga ni prueba a sus hijos con sufrimientos. Creemos en el Dios de Jesucristo que nos comunica su amor ofrendando por nosotros la vida de su Hijo. Por eso Él es nuestra esperanza, por eso en Él hemos puesto nuestra fe», destacan.
«Oremos, hermanos, al Dios de misericordia, para que acoja en su presencia a quienes han fallecido. Presentémosle con confianza nuestras heridas y nuestra esperanza. Que Él cure las heridas y despierte en todos nosotros lo mejor de nuestra conciencia solidaria», finaliza el mensaje.
Gaudium Press / Igor Roco
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