Ciudad de México (Jueves, 11-03-2010, Gaudium Press) «En nuestro país, al igual que en varios países de América Latina y del Caribe, se está deteriorando, en la vida social, la convivencia armónica y pacífica. Esto sucede por el crecimiento de la violencia, que se manifiesta día tras día en robos, asaltos, secuestros, corrupción y, lo que es más grave, en asesinatos que cada día destruyen vidas humanas y llenan de dolor a las familias y a la sociedad», con este panorama de violencia que vive actualmente México, los Obispos del país suramericanos, a través de un comunicado de prensa, manifestaron su preocupación sobre el grave deterioro social que está afectando a su país, e hicieron un llamado urgente a que se generen estructuras que garanticen la paz.
En dicho comunicado, los obispos señalaron que gran parte de este deterioro social se debe a las necesidades no atendidas -particularmente en lo que tiene que ver con la justicia, la paz y el respeto a la dignidad de las personas-, las cuales «están generando carencias y vulnerabilidad en la relación y convivencia social».
«Las expresiones de angustia y desesperación de nuestro pueblo son manifestaciones claras de impotencia frente a la pobreza, la desigualdad, la inequidad en la distribución de la riqueza, falta de oportunidades de estudio, empleo y desarrollo», continuaron.
Por tal razón, hicieron un llamado urgente a trabajar por un Estado de Derecho que garantice los derechos individuales y colectivos, así como el bienestar, la protección y la seguridad de todos los ciudadanos; una «tarea conjunta que corresponde a las autoridades y a la misma sociedad», comentaron.
Sobre este tema -que fue ampliado en rueda de prensa por monseñor Carlos Aguiar Retes, Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y por monseñor René Rodríguez Gómez, Secretario General de la CEM-, señalaron, de manera particular, que es tarea de las instancias encargadas de hacer justicia «combatir la impunidad, que es uno de los males principales que padece nuestro país». «Nosotros aspiramos, y promovemos, a que la justicia alcance para todos», añadieron de manera enfática.
Los prelados exhortaron, además, a los partidos políticos para que «se empeñen más en trabajar por una política más limpia, más adecuada a los intereses del país», y a que «piensen en la urgente necesidad de salir de este bache económico y social».
Igualmente, manifestaron que ante estos hechos de violencia -que se han convertido en una situación habitual, como comentan los obispos-, es necesario discernir «para ponernos al servicio del Reino, anunciado por Jesús, que vino para que todos tengan vida y la tengan en plenitud».
También, dieron un mensaje de esperanza: «la historia de nuestro pueblo no es fácil, pero se cuenta con la nobleza y bondad de sus mujeres y hombres. Aún quedan caminos, contamos con alternativas, por lo que hacemos un llamado a promover la reconciliación en el esfuerzo de reconstituir la unidad nacional, en la riqueza de la pluralidad de sus culturas y de la sociedad.
Unirnos con convicción y esperanza en la construcción de la paz y en el impulso del desarrollo humano integral y solidario de cada mexicano».
«Todos tenemos mucho por hacer, y ha llegado el momento de trabajar con más empeño por alcanzar la paz, comenzando por lograr los grandes acuerdos y reformas que México necesita, trabajar en el trato que nos damos a nosotros mismos y en las relaciones que experimentamos diariamente con los demás, principalmente en el núcleo familiar, donde la mujer juega un papel determinante en la formación y transmisión de los valores y en la educación por el respeto y la paz», concluyeron.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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