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Lima (Martes, 16-03-2010, Gaudium Press) «La iglesia de hoy requiere de una clara enseñanza del perdón, pero un perdón sincero, donde haya arrepentimiento». La anterior afirmación, realizada por el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, Arzobispo de Lima, se dio con ocasión del comentario al Evangelio del Hijo pródigo realizado el domingo pasado en la Basílica catedral de su sede episcopal. En ese sentido, el purpurado instó a los fieles a acercarse más al sacramento de la confesión, donde, recordó, es Dios quien perdona a través del sacerdote.
«Vemos cómo el camino de Jesús es un camino de amor, perdón, acogida y tiene una particularidad: el Padre Dios es el que pone el gozo, el perdón, el abrazo, los besos. En esta Cuaresma no dejes de escuchar ese gozo divino», expresó en la homilía.
En el mismo sentido el Cardenal Cipriani resaltó que en la vía del Hijo pródigo, se destaca ese momento salvador, de quien se dio cuenta a tiempo de la misericordia del Padre que lo espera: «Ahí es donde viene ese secreto que está en tu alma: siempre hay una llamada que dice vuelve, regresa, te espero, te busco, cuenta conmigo, es ese Padre bueno que no se cansa de esperarte», expresó.
«No busquemos cortar la vida»
En el último programa «Diálogo de Fe», que se transmite todos los sábados por la emisora radial RPP,el Cardenal Cipriani habló sobre la «píldora del día siguiente» y las consideraciones morales que la Iglesia hace sobre ella.
«La Iglesia en su planteamiento se ha apoyado en una información muy verídica y profunda de quien hace la píldora y quien te dice y garantiza sus efectos médicos. Como ha dicho la Conferencia Episcopal, buscamos la vida y la verdad, esa píldora es abortiva», expresó.
«Estoy hablando en nombre de aquellos niños concebidos en el vientre de su madre que no tienen voz, y en nombre de esas madres que estoy seguro que el 99% quieren recibir a sus hijos. No busquemos cortar la vida. Yo defiendo la vida, que no viene con religión, la vida viene con un mandato del Creador», continuó.
Durante el programa, el purpurado se refirió también a lo que él considera es un proceso de conocimiento de una pareja cristiana rumbo al matrimonio: «La relación de dos personas tiene un campo de valores, de respeto en el cual no es el objetivo de la amistad cuándo tenemos relaciones sexuales, el objetivo es conocernos, y uno conoce a la gente cuando tenemos intereses comunes», afirmó.
«Si durante años nos hemos tratado y vemos que congeniamos y cuando hay una decisión ‘yo creo que somos el uno para el otro’, formalizamos ese contrato que será delante de Dios en el matrimonio y cuando hay una manifestación definida, para siempre, entonces la entrega también es total. No es fácil, es muy difícil, pero con la ayuda de Dios es más fácil», concluyó el Cardenal.
Con información de la Oficina de comunicaciones del Arzobispado de Lima
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