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Redacción (Lunes, 22-03-2010, Gaudium Press)
III Estación – Jesús cae por primera vez por Mons. João S.Clá Dias, E.P.
V/. Nosotros te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Pero Él fue castigado por nuestros crímenes, y aplastado por nuestras iniquidades. El castigo que nos salva pesó sobre Él, y fuimos curados gracias a sus llagas (Is 53, 5).
Terribles son nuestros crímenes, ¡ellos hacen caer un Dios hecho hombre!
No era largo el camino hasta el Calvario. Con todo, el agotamiento producido por la flagelación… la coronación de espinas… la noche sin dormir…
Él bien podría negarse a continuar Su Vía Crucis. Bastaría todo lo ocurrido para justificar una incapacidad de seguir. Pero, Él desea enseñarnos a nunca desanimar, a jamás desistir. En este paso, Él demuestra estar dispuesto a levantarnos de nuestras caídas, por peores que sean.
Oh Jesús, castigado por mis crímenes, levantadme de esta situación en que me encuentro, producid en mí una verdadera conversión, para que yo vuelva al camino de mi salvación y nunca desanime de alcanzarla. Que yo deteste todo aquello que me separa de Vos. Que yo muera para el pecado y, cuando caiga, jamás desconfíe de Vuestro auxilio.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
V/. Sagrado Corazón de Jesús, víctima de los pecadores.
R/. Ten piedad de nosotros.
V/. Por la misericordia de Dios descansen en paz las almas de los fieles difuntos.
R/. Amén.
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