Querétaro (Jueves, 18-03-2010, Gaudium Press) «Nada hay de mayor provecho y utilidad social, que la participación activa y consiente en la Misa dominical. Esta es la herencia más preciosa que los padres católicos pueden dejar a sus hijos: La asistencia gozosa a la Misa dominical», es la invitación que el Obispo de Querétaro, México, Mons. Mario de Gasperín Gasperín, hace a las familias en un mensaje que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), dio a conocer ayer.
El Pastor de la ciudad mexicana, realizando un recorrido por los diferentes momentos que se viven durante la Misa, habla sobre la importancia de «asumir la dinámica catequética de la iniciación cristiana (…) desde el seno de las familias», puesto que «son muchos los creyentes que no participan en la Eucaristía dominical, ni reciben con regularidad los Sacramentos, ni se insertan activamente en la comunidad eclesial».
Al respecto, citando parte del mensaje que Benedicto XVI hizo en la Exhortación Apostólica Sacramentum Caritatis», el prelado añadió: «En la acción pastoral se tiene que asociar siempre la familia cristiana al itinerario de la iniciación. Recibir el Bautismo, la Confirmación y acercarse por primera vez a la Eucaristía, son momentos decisivos no solo de la persona que los recibe, sino también de toda la familia, la cual ha de ser ayudada en su tarea educativa por la comunidad eclesial, con la participación de sus diversos miembros».
Más adelante, Mons. de Gasperín al hacer referencia sobre el encuentro que la familia tiene con Jesús vivo a través de la Eucaristía, también, señaló que los católicos son una gran familia; «la gran familia de los hijos de Dios, que se reúne en torno a la mesa del Cuerpo y la Sangre de Cristo para proclamar su muerte, anunciar su resurrección y esperar su retorno glorioso».
La Palabra de Dios como guía para orientar a los hijos
El Obispo de Querétaro, igualmente, plantea un interrogante: «¿Qué sería de los padres de familia, si no tuvieran la guía segura de la Palabra de Dios para conducirse en la vida y orientar a los hijos?».
Al respecto, el prelado recuerda la importancia de que los padres de familia católicos acerquen a sus hijos a la Palabra de Dios, para que «honren su memoria, y la de su santa madre Iglesia».
De otra parte, continúa Mons. de Gasperín, por medio de la recitación-oración del Padrenuestro los esposos viven la experiencia de la paternidad celestial, la cual pueden comunicar a sus hijos. «Sin haber experimentado y vivido la paternidad divina es imposible ser padres cristianos, pues de la paternidad del cielo se nombra la de la tierra. La Misa del domingo es la verdadera y auténtica escuela del padre», agrega el Obispo.
El prelado concluye, afirmando que el pan que las familias consumen reunidas en torno a la mesa del hogar «es la prolongación del Pan santo, de la Eucaristía», el cual el sacerdote bendice y toda una comunidad -que es familia de Dios- come «en la Mesa común del altar el domingo».
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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