Buenos Aires (Lunes, 22-03-2010, Gaudium Press) En el programa «Claves para un mundo mejor» del 20 de marzo pasado, Mons. Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, Argentina, se refirió a la autorización dada por el Supremo Tribunal de la Provincia de Chubut para que se practicase un aborto en una joven víctima de una violación.
«La joven mamá había quedado embarazada como consecuencia de una violación. Creo que había sido el «conviviente» de la madre quien cometió esa infamia; se ha pedido el aborto, que autorizó finalmente el Supremo Tribunal de Justicia de la Provincia, a pesar de que había dos sentencias en contra. El Juez de primera instancia y luego la Cámara habían denegado la facultad de abortar. El Comité de Bioética del hospital donde iba a realizarse la intervención también se pronunció negativamente. Pero el Supremo Tribunal de Justicia autorizó el aborto, o mejor dicho condenó a muerte a un niño que tenía cinco meses de gestación» manifestó el prelado.
Refiriéndose al caso concreto, Mons. Aguer manifestó que no existe diferencia entre el infanticidio y el aborto:» Uno se pregunta, en casos como este, qué diferencia hay entre el aborto y el infanticidio, porque un bebé de cinco meses puede vivir ya fuera del seno de su madre. Le falta crecer en talla y en peso, pero muchos niños que han nacido así, prematuramente se han recuperado con normalidad; este, en cambio ha sido condenado a muerte. La iglesia local, por boca de su obispo, intervino en el momento oportuno ofreciendo su cálida cercanía a la joven mamá, a su familia, proponiendo otras soluciones como acompañarla hasta el parto e incluso después, con la posibilidad de que alguna familia, con mucho amor, quisiera adoptar al bebé», expresó.
El Arzobispo de la Plata manifestó también que las penosas circunstancias conexas a una violación no justifican el aborto: «Estos casos son muy penosos ciertamente uno considera la situación dramática que vive la joven mamá, la afrenta que ha sufrido y lo difícil que le resulta aceptar las consecuencias, pero: ¿justifica esto que se pueda proceder como ha hecho, condenando a muerte a un inocente?», dijo.
Finalmente, Mons. Aguer previno sobre leyes que comportarían «gravísimas discriminaciones» contra el matrimonio: «A propósito de las leyes, habría que tener en cuenta con mucha atención lo que puede ir pasando en los próximos meses, o en los próximos años, en la Argentina. Una fuerte tendencia, transversal a diversos sectores políticos, pretende alterar la naturaleza de la familia. Son conocidos los proyectos en favor de otorgar un estatuto de derecho público a la convivencia de personas del mismo sexo. Organismos presuntamente dedicados a combatir la discriminación están preparándose para cometer una gravísima discriminación contra el matrimonio como base de la familia y de la sociedad.»
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