Washington (Miércoles, 24-03-2010, Gaudium Press) Ayer, minutos después que el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, firmara la versión del Senado estadounidense de la reforma de la salud, que fue aprobada el pasado 21 de marzo por la Cámara de Representantes, los Obispos de ese país por medio de una declaración -la cual fue firmada por el Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Cardenal Francis George- hicieron un llamado al Congreso y a la comunidad católica de su país para que estén vigilantes y se cumplan las promesas para que la nueva ley garantice la no financiación de abortos con dinero federal.
La Iglesia ha abogado para que la salud tenga un amplio cubrimiento
En el documento, los obispos recordaron que la Iglesia de su país, por cerca de un siglo, ha hecho un llamado constante para que se realice una reforma en el sistema de salud de los Estados Unidos, especialmente, «para que todas las personas puedan tener acceso al cuidado que reconoce y afirma su dignidad humana», más aún cuando, por años, millones de personas quedaron por fuera del sistema de salud «por no poder pagar el cuidado que necesitaban».
Por tal razón, los obispos aplauden el esfuerzo «por expandir el cuidado de la salud a todas las personas», y expresan su apoyo a los esfuerzos que se han llevado a cabo por resolver «esta deficiencia nacional y social».
A pesar del bien que esta nueva legislación intenta lograr, como continua la declaración, los obispos objetan a su aprobación, «porque hay pruebas convincentes de que expandirá el papel del gobierno federal en la financiación y la facilitación del aborto, y de planes que incluyen el aborto».
Un fallo en retener el status quo legal que ha regulado el aborto
«Su fallo en retener el status quo legal que ha regulado la relación del gobierno con respecto al aborto, como lo había hecho el proyecto de ley original aprobado por la Cámara de Representantes el pasado mes de noviembre, podría socavar aquella que ha sido la ley de nuestro país por décadas y amenaza el consenso de la mayoría de los estadounidenses: que los fondos federales no se usen para el aborto o planes que lo incluyan», agregaron los prelados.
De lo anterior, y de acuerdo con el documento de los obispos, uno de los temas que más preocupa a los Pastores de la Iglesia de los Estados Unidos es que el nuevo régimen de salud obligue a los que elijan planes subsidiados por el gobierno federal, que incluyen el aborto, a pagar por los abortos de otras personas. «Si esta nueva ley intenta evitar que las personas sean cómplices en los abortos de otras personas, se contradice a sí misma», añadieron enfáticamente los obispos.
Igualmente, señalaron que comparten la «intención admirable» del Presidente Obama de su Orden Ejecutiva, en la cual expresaba que «es necesario establecer un mecanismo de cumplimiento adecuado para asegurar que los fondos federales no sean usados para servicios de aborto», pero que el hecho de que se hiciera necesaria esta orden para dar claridad a la ley, demuestra «las deficiencias del mismo estatuto».
Los obispos, asimismo, dijeron que acompañarán al gobierno en la puesta en práctica de la reforma, y trabajarán para «asegurar que el Congreso y la Administración estén a la altura de las afirmaciones que han contribuido a su aprobación».
Finalmente, reconocieron la labor que miembros pro-vida de ambos partidos hicieron en el Congreso, señalando que «han trabajando valerosamente» para crear una legislación que reconozca, respete y afirme la dignidad humana.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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