Tehuacán (Viernes, 26-03-2010, Gaudium Press) Ayer, en el marco de la solemnidad de la Encarnación del hijo de Dios, la Iglesia celebró, además, el Día de la Vida. Hace 15 años, con motivo de ésta solemnidad, el Papa Juan Pablo II publicó la Carta Encíclica «Evangelium Vitae» -Evangelio de la Vida-, sobre el carácter inviolable de la vida humana. Monseñor Rodrigo Aguilar Martínez, Obispo de Tehuacán, México, y Responsable de la Dimensión Episcopal de Vida de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), con ocasión del 15º aniversario de este documento, trajo al contexto actual algunos aspectos de la carta del Papa Wojtyla.
Al comenzar su mensaje, Mons. Aguilar Martínez, citando parte del texto del Pontífice polaco, dijo que en 1995 -año en que fue publicada la Encíclica-, la carta «quiso ser una confirmación precisa y firme del valor de la vida humana y de su carácter inviolable y (…) una acuciante llamada a todos y a cada uno, en nombre de Dios: ¡respeta, defiende, ama y sirve a la vida, a toda vida humana!».
Esta invitación del Santo Padre en la actualidad «nos lleva a denunciar todos los atentados contra la vida humana, en la creciente cultura de la muerte», continuó el prelado, quien además dijo que los católicos han sido promotores, «de muy variadas maneras», de la cultura de la muerte, porque no han «defendido, amado y servido a la vida humana de personas concretas».
«Morir con Cristo a la cultura de la muerte y resucitar con Cristo a la cultura de la vida»
Dijo, también, que es providencial que se le rinda un homenaje a la vida en el marco de la Cuaresma y ante la proximidad del Triduo Pascual, ya que «el Día de la Vida es un anuncio del Ministerio Pascual -muerte y resurrección-: para morir con Cristo a la cultura de la muerte y resucitar con Cristo a la cultura de la vida».
Complementando esta afirmación, el prelado citó parte de la Encíclica de Juan Pablo II: «La sangre de Cristo, mientras revela la grandeza del amor del Padre, manifiesta qué precioso es el hombre a los ojos de Dios y qué inestimable es el valor de su vida (…) Es en la sangre de Cristo donde todos los hombres encuentran la fuerza para comprometerse a favor de la vida. Esta sangre es justamente el motivo más grande de esperanza (…) es el fundamento de la absoluta certeza de que según el designio divino la vida vencerá».
«Cuando una sociedad se encamina hacia la negación (…) de la vida, acaba por no encontrar la motivación (…)»
Mons. Aguilar Martínez, igualmente, citó la última encíclica del Papa Benedicto XVI «Caritas in Veritate» -La Caridad en la Verdad-, donde el Santo Padre señala que «uno de los aspectos más destacados del desarrollo actual es la importancia del tema del respeto a la vida (…) Cuando una sociedad se encamina hacia la negación y la supresión de la vida, acaba por no encontrar la motivación y la energía necesaria para esforzarse en el servicio del verdadero bien del hombre».
En relación con esta afirmación de Benedicto XVI, el Obispo de Tehuacán, señaló que «necesitamos vernos como prójimos, o sea próximos a los demás: reconociéndolos como un regalo de Dios (…), para ayudarnos mutuamente en la construcción de la familia humana y en el embellecimiento de la creación».
El prelado, asimismo, hizo una invitación a que sigan creciendo, «en número y en eficacia», las instituciones que ayudan a la vida, se consoliden iniciativas que apoyen a las personas débiles e indefensas, y se fortalezca la familia «como santuario de la vida».
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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