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Lima (Jueves, 22-04-2010, Gaudium Press) En su homilía del domingo pasado en la Basílica catedral de Lima, el Arzobispo de la ciudad y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, disertó -entre otros- acerca del sacrificio y la penitencia en la vida del ser humano, a la luz de la revelación cristiana.
El purpurado recordó el llamado que Dios hace a todos los hombres para unirse a Él. Entretanto, el relativismo omnipresente en el mundo moderno, constituye en profundidad un rechazo a Dios, que solo puede ser combatido con la consecución de una mirada y un corazón limpios. Para obtenerlos, la penitencia, el sacrificio, la purificación y el deseo de mejorar constituyen la tarea diaria del cristiano, que le ayuda también a tener conciencia de su situación de pecado y de necesidad de Dios.
Por lo demás, en el camino del cristiano -tal como fue profetizado por Jesús- ellos siempre estarán presentes: «El sacrificio, el dolor, la penitencia, el insulto, el maltrato, el odio, es el pago que este mundo da a quien dice la verdad, a quien quiere ayudarlos», expresó.
Asimismo, el Cardenal Cipriani recordó como los primeros apóstoles difundieron el mensaje del Salvador, eran su propio testimonio vivo, y aunque se les quiso impedir de mil formas la difusión del mensaje evangélico, ellos prosiguieron con su misión, permaneciendo fieles a la consigna de «Obedecer a Dios antes que a los hombres».
Bendición de Benedicto XVI
El Cardenal Cipriani también transmitió a la feligresía la bendición apostólica ofrecida al pueblo peruano por el Papa Benedicto XVI, con quien tuvo la ocasión de encontrarse recientemente. «Les traigo su bendición y también la alegría que tiene un hijo cuando se encuentra con su padre», dijo.
Con información del Arzobispado de Lima
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