Minas (Miércoles, 28-04-2010, Gaudium Press) Con gran alegría los fieles de Uruguay recibieron la noticia que, a partir de ahora, el Santuario de la Virgen de Verdún -ubicado en el cerro más elevado de la ciudad de Minas, y que recibe anualmente a millones de peregrinos del país suramericano, y procedentes de otras partes del mundo- sería llamado Santuario Nacional.
La declaración de esta nueva categoría del santo lugar fue hecha por la Conferencia Episcopal de Uruguay (CEU), el pasado 15 de abril por medio de un decreto dado en el marco de la Asamblea Ordinaria del Episcopado Uruguayo, y celebrada, de manera oficial, el pasado 19 de abril con una eucaristía que se relizó en el Santuario, con motivo del Jubileo de los 50 años de la Diócesis de Minas -a la que hace parte el templo de la venerada Virgen de Verdún-, y de los 109 años desde la primera peregrinación que se llevó a cabo en el Cerro de Minas para honrar a la Madre de Dios.
En dicho decreto, la CEU señaló: «Visto que numerosos fieles de todo el país, y de otros lugares, peregrinan hacia la imagen de María Inmaculada, colocada sobre el Cerro de Verdún (…), considerando que en estas peregrinaciones, que se realizan de manera ininterrumpida desde el año de 1901, congregan a una multitud de creyentes y peregrinos (…), frente a la necesidad de promover la devoción mariana, como experiencia, como camino de fe (…), este lugar se constituye como Santuario Nacional de la Virgen del Verdún».
El Santuario
Constituido por un Templete en la cima del Cerro de Minas, un Vía Crucis, una Capilla y una casa de retiros en la ciudad de Minas, el hoy Santuario de la Virgen de Verdún era hacia el año de 1800 un despoblado lugar, cuyo primer habitante fue el francés Juan Bautista Berdum -por quien el Cerro recibe el nombre que posee actualmente-, a quien el gobierno de España le donó esos campos.
En el año 1900, cuando el Cerro era propiedad de una respetada familia de la zona – Don Pedro Dardayete y su esposa-, el padre De Luca, quien desempeñaba su trabajo apostólico en Minas, le solicitó permiso para ubicar en el Cerro una imagen de María Inmaculada.
Al año siguiente, el 21 de abril de 1901, el pedestal con la estatua de la Virgen María fue bendecido por Mons. Mariano Soler -entonces Arzobispo de Montevideo-, ante la presencia de 3000 peregrinos procedentes, en su mayoría, de la capital uruguaya.
Con información de la Conferencia Episcopal de Uruguay.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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