Esmeraldas (Lunes, 05-03-2010, Gaudium Press) Del 26 al 29 de abril se llevó a cabo en Esmeraldas, Ecuador, el encuentro de pastoral fronteriza Colombo Ecuatoriana, que tuvo como propósito examinar el proceso de cooperación pastoral que las dos naciones iniciaron hace 19 años. En el encuentro participaron los obispos y representantes de las Iglesias particulares de Esmeraldas, Tumaco, Tulcán, Ibarra, Mocoa-Sibundoy, Puerto Legízamo y Sucumbíos, ciudades que integran la pastoral fronteriza de ambos países.
Los obispos participantes -que por parte de Colombia fueron Mons. Arturo Correa Toro (Ipiales), Mons. Gustavo Girón Higuita (Tumaco) y Mons. Francisco Javier Munera (Puerto Leguízamo), y por Ecuador, Mons. Eugenio Arellano Fernández (Esmeraldas), Mons. Gonzalo López Marañón (Sucumbíos) y Mons. Julio Terán Dutari (Ibarra)-, recordaron, en carta firmada el 28 de abril, que al iniciar la Misión Continental, se les ha encomendado la gestión de llevar a todos los hermanos de América «el mensaje de fe, esperanza y amor que Cristo dejó al morir y resucitar por nosotros», y que es para ellos un deber lograr «que ese mensaje anime la vida de nuestros pueblos fronterizos», desgarrados, desde hace años, por los conflictos y luchas que se viven en la región.
Los avances que la pastoral fronteriza ha realizado en la región
También, destacaron los avances positivos que se han alcanzado, gracias al proceso de integración colombo-ecuatoriana, afirmando que ven «con alegría que en nuestros pueblos, de ambos lados de la frontera, crece la conciencia de que es necesario un cambio radical de actitudes y comportamientos», como es el hecho que se ha ido aceptando la movilidad humana «como un bien que nos enriquece mutuamente», y hay un rechazo general a la violencia, y un anhelo extendido de alcanzar la paz y la reconciliación.
Los prelados resaltaron, a su vez, que en las comunidades católicas se viene predicando la «exigencia evangélica de la no violencia», y se han multiplicando las iniciativas de integración entre las diócesis hermanas, dándole prelación a la atención de los migrantes, desplazados y refugiados. Igualmente, destacaron los avances de los gobiernos de ambos países: «De parte de Colombia hay mayores esfuerzos por controlar la violencia en su frontera sur (…) De parte ecuatoriana, anotamos con satisfacción los avances en cuanto al Registro Ampliado de Refugiados -que permite que los colombianos refugiados en Ecuador tengan los mismos derechos que los ecuatorianos, como salud y educación- y varias iniciativas del Ministerio de Educación», comentaron.
Desafíos que quedan por enfrentar
Pese a estos avances, los obispos también señalaron que aún «siguen siendo un inmenso desafío los gravísimos problemas estructurales que atentan contra la justicia y la paz, los derechos humanos y la convivencia solidaria», en ambos lados de la frontera, como son la pobreza y la miseria, el atraso frente al resto de los países, la deficiente utilización de la cooperación internacional, entre otros factores, los cuales «siguen incrementando las terribles secuelas de la violencia, discriminación, explotación laboral, e incluso cierta xenofobia», agregaron.
Los prelados concluyeron su mensaje haciendo un llamado a ambos pueblos: «exhortamos a nuestros pueblos a continuar construyendo este proceso de integración, hermandad y solidaridad», y a los gobiernos «a favorecer relaciones respetuosas y constructivas que permitan adoptar políticas de integración y desarrollo sostenible en la zona del corredor fronterizo a favor de las comunidades vulnerables».
Estos encuentros de pastoral fronteriza se realizan una vez al año con el fin de reflexionar sobre las realidades en cuanto a derechos humanos, movilidad y etnias, que se viven en las diferentes jurisdicciones eclesiásticas de la región.
Con información de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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