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Blumenau (Martes, 04-05-2010, Gaudium Press) En su más reciente artículo, Mons. José Negri, obispo de la diócesis de Blumenau, en el estado de Santa Catalina, Brasil, habla sobre «Eucaristía, Pan de la Unidad de los Discípulos Misioneros», tema del XVI Congreso Eucarístico Nacional que tendrá lugar en Brasilia la próxima semana, del día 13 al 16 de mayo de 2010.
Según el obispo, lo que este tema propone a la sociedad y a todo el congreso es el encuentro con Jesús Salvador, que elimina la división del mundo. «Él, viniendo a nosotros, se revela fuente de unidad para la vida de todo el ser humano. En su presencia eucarística, Jesús permanece junto a los suyos, reconciliándolos por la unión con la vida divina, la vida trinitaria», dice.
Esta experiencia de salvación, resalta el prelado, envuelve a los discípulos y los vuelve testigos de esta comunión en su día a día, de la manera con que se relacionan y lidian con diferentes situaciones, sean ligadas a la política, la economía, el medio ambiente o toda la sociedad.
«En la celebración de la Eucaristía, partimos el mismo Pan, el Cuerpo del Señor, para llevar a todos los que lo comen a la unidad de la Iglesia, el Cuerpo místico de Cristo. La finalidad de la comunión con Cristo en la Eucaristía no es solamente la de unirnos a Cristo, sino también la de unirnos entre nosotros, hermanos, y hacernos amar lo que Él ama y como Él ama», afirma.
Mons. José destaca también las palabras del apóstol Pablo para subrayar que la comunidad cristiana no puede ser dividida y no debe marginar a nadie: «Porque hay un solo pan, nosotros, aunque muchos, somos un solo cuerpo, pues todos participamos de este único pan» (1 Cor 10, 17).
Testimonio de San Juan Crisóstomo
El obispo cita además a San Juan Crisóstomo, que preguntaba a sus cristianos de Constantinopla: «¿Quiénes somos? Somos el Cuerpo de Cristo. ¿En qué se convierten las partículas después de la consagración? El Cuerpo de Cristo. ¿En qué se convierten los cristianos, después de la comunión? El Cuerpo de Cristo. No muchos, sino uno solo. Comiendo del Cuerpo de Cristo nos tornamos el Cuerpo de Cristo».
Para el prelado, esta oportunidad del Congreso Eucarístico visa, de hecho, colocar la Eucaristía en el centro de las comunidades, recordando que, si la Iglesia hace la Eucaristía, es la Eucaristía la que hace a la Iglesia. El Vaticano II afirma: «No se edifica ninguna comunidad cristiana, si ella no tiene por raíz y centro la celebración de la Eucaristía: por ella, ha de iniciarse toda educación del espíritu comunitario» [PO 6].
Por último, Mons. José Negri resalta que el misterio de la Eucaristía carga de esperanza a la Iglesia diocesana de Blumenau, que cumple diez años de su instalación. «Queremos construir una Iglesia unida, queremos ayudar a nuestras parroquias a crecer como comunidades unidas, vivas y activas, acogedoras y misioneras», concluye.
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