San Pablo (Jueves, 06-05-2010, Gaudium Press) La controvertida ley anti-inmigración que entró en vigor hace pocos días en el estado americano de Arizona, después de fuerte presión de la gobernadora Jan Brewer, continúa levantando protestas dentro y fuera de los Estados Unidos.
Después de la manifestación contraria por parte de obispos americanos y de numerosas Conferencias Episcopales centroamericanas, ayer fue la ocasión de Mons. Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo y presidente de la Conferencia Episcopal de Perú.
Monseñor Cabrejos pidió la inmediata revisión de la ley que, en su opinión, «viola gravemente la dignidad de la persona humana, en particular de millones de hispanos». La «ley Arizona», como pasó a ser llamada, fue criticada por el propio presidente americano Barack Obama, que abrió una investigación para «verificar si el dispositivo es contrario a los derechos civiles que constan de la Constitución Federal», y que con el pasar de los días levanta protestas en todo lugar.
El pasado domingo, Los Ángeles, además de diversas otras ciudades de los Estados Unidos, fue palco de una marcha de protesta contra la polémica ley, en la cual participó también el cardenal Roger M. Mahoney, arzobispo de Los Ángeles. Participaron de esta manifestación centenas de grupos, asociaciones, Iglesias, sindicatos, centros culturales y hasta equipos de fútbol americano.
El purpurado definió como «un imperativo moral» la modificación substancial de la nueva ley que, entre diversos dispositivos, introduce el status de «inmigración clandestina» (punible con sanciones, detención y hasta prisión) y autoriza a la policía estatal a pedir la identificación de cualquier persona en caso de sospecha de permanencia ilegal en los Estados Unidos.
El cardenal Mahoney, como ya había hecho el día 21 de marzo delante de 250 mil personas en Washington, hizo coro al pedido de obispos americanos para que se de inicio «a una amplia reforma nacional sobre inmigración antes que sea difundida una serie de medidas estatales bastante sensibles a los humores internos, pero poco ponderadas y responsables».
«Resalto que la Iglesia Católica no se cansará nunca de proteger a los inmigrantes, nuestros hermanos y hermanas, hasta que ellos puedan ser miembros plenos, con todos los derechos y los deberes de nuestras comunidades», declaró el arzobispo. Una parte importante de la prensa americana cree que la «ley Arizona», además de ser «retrógrada y mezquina», es «inútil y demagógica».
Arizona posee una larga frontera con México y una población de cerca de medio millón de inmigrantes ilegales, en su mayor parte hispanos, frecuentemente acusados de «llevar criminalidad y violencia», aunque no existan datos estadísticos específicos.
Para el cardenal Mahoney, ahora se corre el riesgo de «ofender y humillar la dignidad de las personas por causa del color de sus pieles o por la simple moción de sospecha». Con informaciones de la Radio Vaticana.
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