Brasilia (Viernes, 14-05-2010, Gaudium Press) La presidencia de la Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB) hizo ayer un pronunciamiento oficial sobre los casos de abuso sexual en la Iglesia durante una rueda de prensa que se concedió con ocasión del cierre de la 48ª Asamblea General del Episcopado de Brasil. La declaración fue leída por el propio Presidente del Episcopado, Mons. Geraldo Lyrio Rocha.
Mons. Lyrio Rocha, presidente de la CNBB |
Dividido en tres partes -con orientaciones concretas destinadas específicamente a la formación de nuevos padres, a las diócesis y presbíteros y a la CNBB-, la presidencia del Episcopado Brasileño destacó la urgente importancia de un mayor rigor, atención y cuidado en el proceso de admisión y formación de nuevos sacerdotes.
En la declaración, la Iglesia brasileña defiende que sea constituida una comisión exclusiva para la elaboración de un vademecum, «protocolo de fundamentación y orientación de política oficial de acción de la Iglesia en Brasil», que incluya los «principios teóricos, a partir de la legislación civil y canónica, referentes al proceder de los obispos y sus diócesis en los casos de abusos sexuales de menores, adolescentes y jóvenes; que contendrá también indicaciones prácticas a ser adoptadas».
Por medio de la Declaración, la presidencia de la CNBB reconoce el «mal irreparable al que fueron sometidas las víctimas y sus familias» y pide «perdón» a ellas, acompañado con fuerte oración y promesa de apoyo psicológico y espiritual. Se trata de la manifestación más vehemente de la Iglesia brasileña sobre el tema hasta ahora.
Ya en su introducción, el documento enfatiza, de forma férrea, que los obispos brasileños manifiestan empeño en la investigación de todos los casos y que, si comprobados, los sacerdotes y religiosos acusados deben ser sometidos a las medidas canónicas y civiles sensatas. «El tratamiento del delito debe llevar en consideración tres actitudes: para el pecado, la conversión, la misericordia y el perdón; para el delito, la aplicación de las penalidades, tanto eclesiástica como civil; para la patología, el tratamiento», enfatiza el texto.
Formación en seminarios. Procedimientos
Sobre las orientaciones referentes a la formación de nuevos presbíteros, la CNBB pide que se atengan a las Instrucciones de Discernimiento Vocacional acerca de las personas con tendencias homosexuales y su admisión al Seminario y a las Órdenes Sacras (cf. Congregación para la Educación Católica, 4 de noviembre de 2005).
La CNBB recomienda, también, una cuidadosa selección de los candidatos al seminario, la implementación inmediata de las Directrices para la Formación de los presbíteros de la Iglesia de Brasil, la asesoría de especialistas en ciencias humanas y el trabajar la dimensión humano-afectiva de los seminaristas.
Para las diócesis y presbíteros, la presidencia del episcopado determina que sean garantizadas respuestas rápidas sobre las acusaciones, favoreciendo los procedimientos civiles y «aplicando de inmediato la ley eclesiástica, con la suspensión del ejercicio ministerial, sin apelar a una simple transferencia». También pide la defensa, promoción y explicación de la doctrina católica sobre la familia, el matrimonio y la sexualidad y el fortalecimiento de la pastoral presbiteral, para una relación más próxima de los sacerdotes y su obispo. Además, recomienda aún la promoción de programas de protección a niños y jóvenes y de acogida y recuperación para víctimas de abuso.
En lo que se refiere a las orientaciones para la propia CNBB, además de la elaboración de un vademecum, la presidencia determinará la identificación de centros de tratamiento para atención a religiosos con problemas relativos a la sexualidad, organización de equipos de especialistas para orientar a obispos que se deparen con casos del género y el seguimiento de las orientaciones oficiales de la Santa Sede, entre ellas el Motu Proprio Sacramentorum Sanctitatis Tutela, de 2001, Declaración sobre algunas cuestiones de ética sexual-persona humana, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de 1975, y la Carta Pastoral del Papa a los católicos en Irlanda, de marzo de este año.
Gaudium Press / Pedro Ozores Figueiredo
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