Santiago (Lunes, 17-05-2010, Gaudium Press) El pasado viernes 14, alrededor de cien comunicadores católicos se reunieron en la parroquia El Sagrario para participar de la eucaristía por la 44º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. La celebración fue presidida por el Obispo Auxiliar del Arzobispado de Santiago, monseñor Cristián Contreras Villarroel.
Durante el ofertorio, los comunicadores llevaron al altar un notebook y una blackberry, elementos de trabajo que simbolizan el lema central de esta Jornada Mundial: «El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra».
En su homilía, el prelado destacó que el Evangelio representa «el encuentro con la persona de Cristo, que cambia la existencia de quien se encuentra con él», agregando que «comunicar una alegría, es comunicar una Buena Noticia, es comunicar, en definitiva, las cercanía de Dios Padre que se ha manifestado en su hijo Jesucristo».
En este mismo sentido, manifestó que los apóstoles comprendieron que esta Buena Noticia no podía quedar circunscrita a un pueblo y cultura determinada, «sino que había que salir de esas fronteras, de esos límites, para que todos pudiéramos conocer las maravillas de Dios».
La esperanza: impronta del comunicador cristiano
Este hermoso tesoro, indicó monseñor Contreras «queremos también transmitirla como comunicadores cristianos a los demás. Es cierto, a veces tenemos que dar malas noticias, feas noticias. Es cierto, a veces la realidad es mucho más dramática de lo que nosotros creemos que es o queremos ver. Pero también hay una impronta del comunicador cristiano, que es no perder la esperanza».
Luego, el Pastor dijo que «Cristo hace que nosotros encontremos la libertad y felicidad auténticas para vivir en un contexto en que también el cristiano tiene oposición, a veces no por la calidad de nuestro testimonio, no por la capacidad martirial nuestra, sino que, por desgracia, por nuestro pecado».
«Que el Espíritu Santo Paráclito, Defensor, nos haga más santos y permita que nosotros transparentemos la bondad, la belleza de nuestro Dios», finalizó.
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