viernes, 22 de noviembre de 2024
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Diócesis de Shangai inaugura año del P. Mateo Ricci

Roma (Martes, 18-05-2010, Gaudium Press) El nonagenario obispo de Shangai, Mons. Jin Lu Xian, ha inaugurado en su diócesis «el año de Mateo Ricci», buscando así perpetuar la memoria del denodado misionero jesuita que arribó a la China en 1583 y que fue el primer apóstol cristiano en penetrar en la Corte del Emperador.

MateoRicci1.jpg«Invocamos la intercesión del P. Matteo Ricci y de Xu Guang Qi por la unidad de la Iglesia en China, auspiciamos y oramos por su pronta beatificación. Confirmo por enésima vez que la línea y el método de evangelización del P. Ricci son justos y adaptados a la actualidad de la misión evangelizadora en China», afirmó el prelado -jesuita como el religioso recordado- en la solemne celebración conmemorativa a 400 años de la muerte del gran misionero, que tuvo lugar el 11 pasado en el Santuario Mariano de She Shan, y que incluyó una procesión mariana, el rezo del rosario, una peregrinación y una Eucaristía, según informa la Agencia Fides.

Verdaderamente la legendaria figura del P. Mateo Ricci sigue hablándole a ese ‘país-continente’ que es la China, quien es recordado con admiración por católicos y no católicos.

Al P. Ricci y a Paolo Xu Guang Qi [Mandarín bautizado por el P. Ricci y gran colaborador del misionero], se ha dedicado «The Xu-Ricci Dialogue Institute» (Instituto para el Diálogo Xu Guang Qi – Matteo Ricci) perteneciente a la Escuela de Filosofía de la Universidad Fudan de Shangai, inaugurado el mismo 11 de mayo con un Fórum Internacional bajo el título «Dialogue among Civilizations and Global Challenges (Diálogo entre Civilizaciones y Cambios Globales)». Según la Universidad, el Instituto tiene como objetivo promover y contribuir al intercambio académico, cultural y religioso entre China y occidente.

Por su parte Mons. Giuseppe Xing, obispo auxiliar diocesano, animó a los fieles a seguir los pasos del P. Ricci y de Paolo Xu Guang Qi, rezando por la pronta beatificación de ambos.

El P. Mateo Ricci

Rápidamente el P. Mateo Ricci comprendió cómo los conocimientos adquiridos en el Colegio romano con el P. Clavio le serían de gran utilidad en su deseo de conquistar la China para la fe de Cristo. Fueron ellos los que le granjearon las primeras amistades entre mandarines, y la libertad de predicar inicial. Antes, llegado a Macao, se había aplicado al estudio del no fácil chino, y allí había compuesto el primer catecismo chino de la historia.

Entretanto -y sin desconocer el mérito de esos primeros pasos- una cosa era la amistad con mandarines, y otra era el arribo a la Ciudad Imperial sede administrativa y religiosa de la China…

P. Mateo Ricci 3.jpgNarra la historia que el P. Mateo le envió de regalo al Emperador un reloj que intrigó e interesó sobremanera a la Corte. La sorpresa por el artefacto aumentó cuando la ‘extraña’ maquinaria paró por falta de cuerda, sin que ninguno de los colaboradores del Emperador pudiese ponerlo nuevamente en marcha, por lo que hubo que pedir el auxilio del donante. Así pudo entonces entrar el sacerdote a la Ciudad Imperial. Con su especial tino para entender la mentalidad del pueblo que lo acogía -y en un adecuado ejercicio de «inculturación»- el P. Mateo se ganó la amistad del monarca y su entorno, de forma tal, que le fue confiada la educación del Príncipe heredero, se convirtió en «matemático» del Emperador, y se le concedió el honor de ser el único al que se permitía permanecer sentado en su presencia.

Manteniendo su simbiosis entre ciencia y fe, la labor del P. Mateo no fue solo evangelizadora sino también de divulgación científica, en múltiples rumbos. Él realizó los primeros mapas de la China que conoció occidente, pero también en su estudio mantenía un globo que le enseñaba a los chinos que el mundo era mucho más que lo que ellos conocían, realizando así algo que para la época y el contexto no dejaba de ser prodigioso, como fue el convencer al Emperador que la China no era el centro del mundo…

El P. Ricci tradujo también al chino obras matemáticas y escribió más de 20 libros de ciencias para ese pueblo, además de construir cuadrantes solares, esferas terrestres y celestes, relojes, etc.

Ricci Li-Mateu o Li Madou (Doctor Mateo Ricci, en chino, como se le conocía) también abrió a Europa conocimientos avanzados que habían sido conquistados por la civilización china. Fue quien inició la latinización del chino: Kung-Fu Tsé, se convertía así en Confucio, como narra Francesc Gómez Morales, en forumlibertas.com.

Gaudium Press / S. C.

 

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